ACTUALIZADO
: Sábado 28 de mayo de 2022 a las 10:13
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3 minutos
Sábado 28 de mayo de 2022
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Algún atragantamiento fatal, nos lleva a recordar el sistema más efectivo para resolverlo.Recordemos que la celebre actriz española Luisa Sala se atragantó con un trozo de carne.La imposibilidad de respirar acabo con su vida.Este es uno de los accidentes que pese a que los califiquemos de absurdo., son demasiado frecuentes y a menudo, demasiado graves.
Posiblemente sea una maniobra sabida; pero nunca esta de más un repaso.
Los conductos respiratorios bloqueados por algún alimento ahogan, impiden la respiración y producen la muerte en cuatro cinco minutos. Normalmente, lo único que se nos ocurre en estas situaciones, son una serie de inútiles golpes en la espalda o las peligrosas y nunca recomendables maniobras que intentan extraer con la mano aquello que ha quedado bloqueado en la garganta o en la laringe.
En la clausura de un congreso médico, uno de los comensales se atragantó y falleció allí, rodeado de cientos de colegas que no pudieron hacer nada. Y lo que es más sorprendente: eran especialistas de laringe.
Hasta que un médico de Cincinnati, el doctor Heimlich, pensando sobre el problema, encontró la sencilla solución, que puede aplicar ante cualquier atragantado o incluso si el atragantado es usted mismo. Hizo muchas experiencias en animales. Y llegó a la conclusión de que ejerciendo una fuerte presión sobre el diafragma, de abajo hacia arriba, se crea una importante sobrepresión del aire contenido en los bronquios y en la tráquea.Esa sobrepresión produce la expulsión forzada de los alimentos que bloquean la entrada de aire.
El efecto es similar a cuando se pisa una botella de goma o de plástico cerrada con un tapón. Al pisarla, el tapón salta.
Uno de los detalles de más interés es la evidencia de que uno siempre se atraganta durante una aspiración. De ahí que en el momento de la asfixia los pulmones siempre están llenos de aire. Eso quiere decir que una presión que eleve el diafragma, comprime esa reserva de aire que no tiene más salida que hacia arriba, por la boca. Ese aire, que lleva una presión multiplicada por la compresión fuerte realizada por nosotros, libera las vías respiratorias.
Basta pues presionar fuertemente con el puño, de abajo a arriba, a la altura del estómago,inmediatamente por debajo del esternón, justo ahí, en el arco que forman las costillas.
Colóquese detrás de la víctima. Rodéele la cintura con los dos brazos. Sin titubeos, porque está salvando una vida, ejerza una presión rápida y fuerte de abajo arriba a la altura del estómago, con el pulgar un poco debajo del final del esternón, y una mano cogida con la otra para hacer más fuerza.
También puede hacerse esta maniobra si el paciente esta sentado, colocándose usted detrás de la silla.
Si está inconsciente, puede tumbar a la víctima en el suelo y hacer igualmente la maniobra
Si está solo, apoye el abdomen contra un puño y aproveche el borde de una mesa o una silla para hacer presión.
Recuerde que se trata de comprimir el aire para que, multiplicada la presión en los pulmones, desobstruya las vías respiratorias.
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.