Ramón Sánchez-Ocaña
Opinión

El absurdo de no desayunar

Ramón Sánchez-Ocaña

Foto: Bigstock

Jueves 21 de octubre de 2021

ACTUALIZADO : Jueves 21 de octubre de 2021 a las 12:39 H

3 minutos

Tenemos que desayunar bien

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Jueves 21 de octubre de 2021

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Píldoras

 

Los españoles llegamos a presumir de que por la mañana, apenas nos cabe un café bebido. Y salimos de casa con el estómago vacío y despreciando nuestra agenda biológica. Comemos tarde y mucho. Y a las diez o las once, se cena de forma también contundente. Después, en una especie de extraño sacrificio impuesto por la costumbre, ya no se toma nada hasta las tres de la tarde del día siguiente. Es un absurdo pasar tantas horas en ayunas. 

No somos conscientes de que nuestro organismo NECESITA –hay que decirlo con letras gordas– el desayuno. Y para todo. Hay quien quiere evitar esa comida para reducir el exceso del día anterior. Y es falso. La línea se mantiene mucho mejor con varias comidas poco consistentes, que con dos excesivas. Animales alimentados en una sola toma engordaban notablemente más que aquellos a los que la misma cantidad de comida se les distribuía a lo largo de la jornada.

El desayuno es una de las comidas más importantes del día. Los expertos señalan que debe aportarnos por lo menos la cuarta parte de la energía del día.

En el caso de los niños debe vigilarse especialmente, porque además de estar en pleno desarrollo, es por la mañana cuando se les exige mayor actividad. Y piénsese que más del 10 por 100 de los chicos no desayuna y que 3 de cada 10 no lo hace correctamente. Se ha demostrado que los escolares que no desayunan cometen más faltas de ortografía y de atención en la clase. El desayuno da al cerebro la glucosa que necesita para estar en plena capacidad, ya que reclama esa energía de forma constante. En una actividad normal los músculos consumen tanta energía como el cerebro. Por eso debemos aportar en el desayuno fruta, zumo, pan, cereales…

Los que no desayunan cometen más faltas en clase y atienden menos, (y en los mayores se constata mayor agresividad e irritabilidad). Habría que imponer la norma del desayuno. El bienestar de la mañana depende en buena parte de él. Quizá si la gente desayunara como es debido, el tráfico de primera hora no sería tan agresivo, ni tan irritante, ni tan intransigente.

Eso de que "no apetece"

Solemos decir que no nos apetece. Y también hay en ello algo de falso. Porque cuando tenemos tiempo –día de fiesta, vacaciones– el desayuno adquiere otra dimensión. Si hay tiempo, se desayuna; luego no es cuestión de apetencia. Otro ejemplo se tiene en los hoteles. Hay quien no desayuna nunca, excepto cuando viaja. Entonces en el buffet del hotel parece adquirir un ansia devoradora o si se prefiere, una curiosidad por conocer el sabor de cada uno de los alimentos que se ofrecen.

Por supuesto puede haber mucha variedad en los desayunos. Por regla general se recomienda incluir productos lácteos, aunque no necesariamente tiene que ser un vaso de leche. Se puede tomar yogur en sus muchas variedades, o queso fresco.

Los expertos suelen aconsejar mejor la fruta que un zumo de fruta. La pieza entera además de no aportar más azúcar, aporta también la fibra, muy recomendable en todos los sentidos.

Deben estar los cereales, bien en copos o bien de la manera más tradicional de la tostada de pan, y algo de proteína que puede ser algún fiambre poco graso -jamón york, o pavo- o un huevo pasado por agua. Se trata de que sea completo y sobre todo, variado.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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