Debe recordar que se llama alimento funcional a aquel que además de nutrir, puede resultar beneficioso para salud. Y, entre ellos, figuran de manera destacada los llamados alimentos enriquecidos, es decir, a los que se le han añadido determinadas sustancias para mejorar sus cualidades.
A la leche se le pueden añadir ácidos grasos Omega 3 porque contribuye a reducir el riesgo cardiovascular, el riesgo de algunos tipos de cáncer y mejoran el desarrollo del tejido nervioso y las funciones visuales. Se le puede añadir ácido oleico, que ayuda a reducir la tasa de colesterol en sangre y el riesgo cardiovascular. También se le puede incluir ácido fólico para prevenir malformaciones congénitas; o calcio para ayudar al desarrollo de huesos y dientes, mejorar la transmisión nerviosa y prevenir la osteoporosis. Se enriquece también con vitaminas o con fósforo y cinc, que ayudan al desarrollo óseo y mejoran sistema inmunológico. Por las mismas razones a las leches infantiles se les añaden ácidos grasos o vitaminas y minerales.
Los yogures se enriquecen con calcio -huesos y dientes- para mejorar la transmisión nerviosa y movimientos musculares y puede prevenir la osteoporosis. Y se le añaden vitaminas A y D que favorecen la función visual y la absorción de calcio.
A las leches fermentadas se les añade ácidos Omega 2 y ácido oleico, que, como en el caso de la leche, puede reducir el riesgo cardiovascular, el de algún tipo de cáncer y mejorar el desarrollo óseo y las funciones visuales. También se le puede añadir bacterias probióticas especificas, que favorecen el funcionamiento gastrointestinal y reducen la incidencia y duración de las diarreas, porque mejoran la calidad de la flora intestinal.
Los zumos pueden enriquecerse con vitaminas A y D, con calcio, y con hierro para facilitar el transporte de oxigeno en la sangre. Y puede prevenir la aparición de anemia.
Los cereales se pueden 'fortificar' con fibra, que ayuda a reducir la incidencia de cáncer de colon, mejoran la flora intestinal, y con minerales como el hierro.
El pan puede contener harina con ácido fólico, las margarinas se enriquecen con fitoesteroles que ayudan a disminuir la concentración de colesterol; los huevos con ácidos Omega 3 para reducir el riesgo cardiovascular y la sal se enriquece con yodo para facilitar el funcionamiento tiroideo.
Esta información esta extraída de la Guía elaborada por el Instituto Omega 3 y la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. De todos modos hay un auténtico y nuevo diccionario en las comidas. Estos son los términos más usuales:
Probióticos: Cuando se favorece la proliferación de las bacterias beneficiosas en la flora intestinal, se habla de efecto probiótico. Es decir, este proceso consiste en introducir en la alimentación bacterias vivas capaces de ejercer el efecto beneficioso en le organismo. Bífidus y lactobacilos pertenecen a este grupo.
Prebiótico: Es un ingrediente alimentario no digerible que estimula la actividad bacteriana beneficiosa. También puede incrementarla.
Simbiótico: Es una mezcla de probióticos y prebióticos.
Bífidus: Es una bacteria presente en la flora intestinal. Su consumo repone la flora que vamos perdiendo con los años o en circunstancias especiales.
Lactobacillus: Es una de las bacterias que se añaden a la leche para que fermente y produzca el yogur. El casei es otra bacteria similar , que además de estar en nuestra flora intestinal, aparece también en los quesos (por eso el nombre de casei). Puede llegar mejor al intestino.
Fitoestrógenos: Compuestos vegetales que tendrían una composición parecida a la de los estrógenos naturales.
Fitoesterol: De una estructura similar al alcohol vegetal, podría asimilarse a la fracción buena de colesterol. Se trata de un compuesto vegetal, presente en el aceite de oliva, por ejemplo. Se le achaca una acción protectora del sistema cardiovascular.
Isoflavonas: Es uno de los compuestos que ha hecho del brécol o de la soja uno de los alimentos mas recomendados. Se utilizan también para prevenir la osteoporosis.
Lecitina: Es un complemento nutritivo de la soja. Puede impedir la absorción de muchas grasas por lo que la recomiendan como un potente protector cardiovascular.
Omega 3: Pertenece al tipo de ácido graso que previene los problemas cardiovasculares. Forma parte de la grasa de los pescados azules.
Licopeno: Es un antioxidante presente en el tomate. Su acción parece tan clara que ya se extrae de la planta para añadir a otros alimentos. Parece prevenir el cáncer de próstata.
Antioxidantes: Se trata de un grupo de vitaminas (C, E y betacaroteno) que combaten los radicales libres (moléculas libres de oxígeno que tienen una gran reactividad química. Pueden lesionar las células y se les responsabiliza de nuestro envejecimiento). Los antioxidantes están sobre todo, en frutas, zanahorias, nueces, verduras y cereales de grano entero. También se añaden, como vitaminas a otros alimentos.