La celulitis es una especie de obesidad muy localizada, sobre todo de la cintura para abajo. Como bien saben muchas lectoras, forma una especie de cartucheras, como pantalones de montar, en la parte superior de los muslos. También se localiza en la parte superior de los brazos, por la parte de abajo. En líneas generales, es una distribución poco estética de la grasa. Quien tiene celulitis confiesa que tiene la sensación de que esa zona está como recubierta por una grasa que no es suya...
Es casi exclusiva de la mujer y afecta a un 90 por 100. Los primeros rasgos aparecen en la edad prepuberal, cuando hay una redistribución de las grasas en el organismo femenino. De cien casos de celulitis, ochenta aparecen a esa edad. Y el resto, hacia los quince años. Lo que ocurre es que esa celulitis no se hace visible hasta mucho tiempo después: cuando los músculos empiezan a perder consistencia y los tejidos fibrosos a perder elasticidad. De todos modos, el hecho de que sea a esa edad cuando empieza a desarrollarse la celulitis, hace pensar en otro grupo de causas, como son las hormonales. También hay factores metabólicos. Y claro está, genéticos: una madre celulítica, fácilmente tendrá hijas celuliticas.
Efectos de la celulitis
El primer efecto de la celulitis se observa en el tejido graso, el que está bajo la piel. Ahí están las células -adipocitos- que reciben la grasa. En las personas celuliticas, esos adipocitos pierden capacidad para expulsar la grasa, y por eso, aumentan de tamaño. Al ensanchar, toda la zona adquiere mayor volumen. Y empieza una compresión de las pequeñas venas que hay en la zona, lo que dificulta la circulación.
Un segundo efecto se advierte en el tejido vascular. Por un lado, debido a la presión de esas células ensanchadas y por otro, a la degeneración de las paredes de los vasos, hay mayor dificultad circulatoria. Hay salida de líquido a los espacios que hay entre las células. Esa es una de las primeras razones de esa “piel de naranja”. Debajo de la piel, está nuestro tejido conjuntivo, que es el que sirve de sostén a las células grasas, los nervios, los vasos sanguíneos. Ese tejido es como una red en la que se instalan esas células. Pues bien, la celulitis va transformando el cemento que une esas fibras, los nudos de la red, en una palabra. Es lo que los especialistas llaman la polimerización. Ese tejido de sostén se va convirtiendo poco a poco en tejido fibroso. Entonces se forman tabiques, celdas, donde sin posibilidad de salida se va acumulando tejido graso.
En una nueva fase, en el centro de ese volumen se va formando una masa de líquidos gelatinosos. Eso que se llama sustancia geloide Las células grasas van degenerando y aparecen esos nódulos pequeños, típicos de la afección .
¿Qué podemos hacer?
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No son aconsejables las prendas muy ajustadas, porque dificultan la circulación.
- Una dieta rica en hidratos de carbono, harinas, pastas, azúcares, ayuda a que la celulitis se instale en el organismo. Una alimentación rica en grasa tampoco es aconsejable.
- No necesariamente por llevar faja o comer mucho dulce, muchas patatas o mucha grasa se va tener celulitis. Todo eso no la produce, pero son factores que pueden ayudar a desarrollarla.
- Procure mantener su peso correcto. Puede permitirse subir o bajar de peso 2 kilos. Si sobrepasa ese tope, sin tomar medidas, su piel se volverá fláccida. Si tiene que subir o bajar de peso, hágalo poco a poco.
- Es muy útil beber mucha agua: Alrededor de dos litros diarios,
- La ducha diaria es muy aconsejable. El agua estimula la circulación. Si tiene tendencia a la obesidad o a la celulitis utilice al ducharse un guante de masaje en las zonas más peligrosas.
- Si no puede controlar su peso, acuda a un especialista. Recuerde que el mejor remedio contra la obesidad es evitarla.
En resumen
La celulitis es un proceso. A veces va acompañado de obesidad, pero no es lo mismo. Hay gente delgada que padece celulitis. Por eso, debe tener claro que un régimen para adelgazar no va a eliminar la celulitis. No haga mucho caso de soluciones mágicas. Puede haber soluciones, claro. Pero ningún tratamiento serio es cuestión de magia. Acuda a especialistas y tenga en cuenta que en muchos casos hay tratamientos que suelen ser lentos.
El masaje suele ser útil, como lo es todo lo que active la circulación. Pero es cierto que si ese masaje es demasiado intenso, puede ser perjudicial.