Los efectos de una ola de calor pueden ser graves en determinados casos y para ciudadanos concretos, como los enfermos crónicos, los que guardan cama, los menores de cuatro años y los que padecen alguna enfermedad mental u obesidad.
Quien consume medicamentos de forma habitual debe acudir a un centro de salud ante los primeros síntomas de malestar, ya que puede ser necesario el ajuste de las dosis de algún fármaco. Y esto, por ejemplo, puede ocurrir en pacientes con demencia o Alzhéimer, en pacientes con Párkinson, los que tienen depresión u otras enfermedades mentales, los hipertensos y diabéticos y los que padecen insuficiencia renal crónica. Entre los fármacos que quizá necesiten revisiones en las dosis por el calor, figuran los diuréticos, los antihistamínicos que se recetan para paliar las alergias, y los que se prescriben para enfermedades mentales. También el abuso de sustancias tóxicas como el alcohol y la cocaína, aumenta el riesgo.
Para la población general, los médicos comunitarios y de familia, recomiendan beber mucho líquido, protegerse del sol, ventilar adecuadamente los espacios, prestar atención a las personas más frágiles como niños y mayores y, en definitiva, actuar con sentido común sin confiarse en exceso. Sin duda, la mejor manera de evitar las posibles consecuencias del calor es conocer cuales son los riesgos y actuar de manera anticipada para prevenirlos.
Situaciones de riesgo
- Alcanzar una temperatura superior a los 36 grados mantenida durante varios días seguidos.
- Alta humedad en el ambiente, que origina sensación permanente de piel mojada.
- Los días con escaso viento que dificultan la aireación.
- Habitar en viviendas muy calurosas, situadas en pisos altos y que tienen dificultades para su ventilación o que no disponen de aire acondicionado.
- Realizar ejercicio físico o trabajos pesados expuestos durante muchas horas al exceso de calor.
Medidas de prevención
- Beber de manera abundante aunque no se tenga sensación de sed.
- Evitar comidas grasas y demasiado abundantes y aumentar la ingesta de frutas y verduras para reponer sales minerales que se pierden con el sudor.
- En la casa, evitar la entrada de sol y calor. Deben mantenerse las persianas bajadas e incluso cerrar las ventanas si el aire de la calle es muy caliente. Cuando llegue la noche hay que procurar subir todas las persianas y abrir las ventanas.
- No debe dejarse en los vehículos ni a niños ni a personas mayores.
- En cuanto a la actividad, evitar esfuerzos físicos que generen intenso sudor. Si se hacen es mejor aprovechar la primera o la última hora del día.
- Y en cuanto al vestido hay que protegerse del sol con un sombrero o gorra y llevar ropa ligera que transpire. Es mejor utilizar vestidos anchos y zapato cómodo.
Atención, hipertensos
El calor no afecta a todos en igual medida. La Sociedad y la Liga Española contra la Hipertensión Arterial llama la atención de quienes tienen la tensión alta. Y sobre todo si son ancianos, dos circunstancias que suelen ir de la mano, ya que cerca del 70 por 100 de los mayores de 60 años son hipertensos. Las personas mayores tienen el mecanismo de regulación de sudoración deteriorado. Si además es hipertenso es muy probable que presente problemas cardiacos, renales y de vascularidad asociados, por lo que la dificultad para deshacerse del calor se ve aumentada. Como además se debe estar medicando (y se suelen incluir diuréticos), los hipertensos deben tomar líquidos con frecuencia cuando el calor es grande, porque a la pérdida de agua que se produce por la sudoración, hay que añadir la que se origina por la diuresis que provocan los fármacos. Y no tomar alcohol, porque actúa sobre la hormona antidiurética a nivel cerebral e impide su actividad, de manera que se orina más.
Nada de alcohol
Por otra parte tenemos la costumbre de tomar en estas fechas cerveza o el llamado tinto de verano. En dosis razonables no están desaconsejadas pero hay que tener cuidado si hace mucho calor. No se puede olvidar que el alcohol es un generador interno de calorías y además actúa sobre la hormona antidiurética a nivel cerebral impidiendo su actividad. Como consecuencia produce mayores deseos de orinar y favorece por tanto la deshidratación, lo que puede complicar la situación.
Cuida la piel
También debe saberse que las altas temperaturas aumentan el número de irritaciones en la piel; porque, por ejemplo, el contacto con algunos tipos de plantas produce picor y reacciones cutáneas. Se descubren más zonas de piel y hay que tener un especial cuidado con los niños, que se convierten en el blanco preferido de los insectos.