No solemos tener conciencia clara del peligro que supone tener el colesterol elevado. Es un factor de riesgo de primer orden porque además de endurecer las arterias, privándolas de su necesaria elasticidad, puede depositarse en ellas y reducir su calibre. Es como si fueran posos que van atascando poco a poco nuestras tuberías vitales. Por eso parece interesante recordar unas cuestiones básicas.
¿Qué es?
Es un tipo de grasa indispensable para la vida. Es un constituyente de las membranas celulares y participa en la síntesis de hormonas, algunas vitaminas y los ácidos biliares.
¿Cuál es el riesgo?
Esa grasa puede ir acumulándose y depositándose reduciendo el calibre de los vasos sanguíneos. Es como una tubería con obstáculos que dificultan la circulación y favorecen la formación de trombos. Si eso ocurre puede privar de riego una parte del corazón –infarto de miocardio– o algún vaso del cerebro con el riesgo de ictus o hemorragia cerebral. Es, con el tabaco y la hipertensión una de las grandes amenazas.
¿Colesterol bueno o malo?
El colesterol de la sangre es insoluble en los medios acuosos por lo que se transporta en las lipoproteínas (constituidas por una parte de grasa y otra proteica). Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) se encargan de entregar el colesterol a las células para su utilización y es el que en determinadas condiciones acaba depositándose en las arterias. Es el llamado colesterol malo.
Otras lipoproteínas son beneficiosas ya que permiten la eliminación del exceso de colesterol de las células y de las arterias. Son las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y es el llamado colesterol bueno.
¿Cómo puedo mejorarlo?
Las personas que tienen colesterol LDL elevado y/o un colesterol HDL bajo, tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria. El consumo de grasas animales eleva el colesterol malo; el consumo de pescado azul, y en general los alimentos con omega 3, elevan el colesterol bueno. La mujer, por los estrógenos mantiene una tasa elevada de colesterol bueno hasta la menopausia.
¿Cuánto debo tener?
Todo adulto de más de 20 años de edad debe conocer sus cifras de colesterol y de lipoproteínas LDL y HDL para lo cual en el correspondiente análisis se pedirá un perfil lipídico. Siempre ha habido una cierta polémica sobre cuáles deberían ser las tasas de colesterol normales. Los últimos estudios indican que el nivel deseable debe de estar por debajo de 200 mg/dl. El límite podría establecerse entre los 200 y los 250. Y por encima de los 250 debe considerarse un colesterol alto.
¿Qué es el colesterol hereditario y el infantil?
El colesterol 'de familia': Hay un colesterol elevado que es de origen familiar y que debe tenerse en cuenta. Cuatro de cada cien individuos lo padece. Es un colesterol alto de origen genético o heredado y es la enfermedad genética de mayor incidencia. Y como dicen los expertos: si se analizaran los niveles de colesterol de los supervivientes de un infarto, se comprobaría que la mitad de ellos tiene alguna forma de hipercolesterolemia familiar. Debe tratarse con medidas higiénico-dietéticas y, en manos del especialista con la medicación correspondiente.
El colesterol infantil: Todos los niños del mundo nacen con una proporción perfecta de colesterol y un equilibrio magnifico entre el bueno y el malo. Al poco tiempo, debido a su alimentación, ese equilibrio se altera. Es aconsejable que desde la infancia se conozcan las cifras. No deben llegar a 180 y si es así deberán controlar su comida, y especialmente la ingestión de grasas animales. Y ser conscientes los adultos que esas grasas no están solo en las carnes o los embutidos, sino que se emplean para bollería industrial. Hay que vigilarlo, porque el colesterol no da síntomas, pero la realidad es que nuestros jóvenes tienen ya arterias de adultos, lo que significa que pueden entrar en riesgo a una edad muy temprana para ser candidatos al infarto o al accidente cerebral.
¿Qué dieta es aconsejable?
Suprimir las grasas animales, excepto las del pescado. La dieta debe contener abundante fruta y verdura; es conveniente reducir la ingestión de carnes. En todo caso, coma solo la parte magra. Y es mejor, por ejemplo al carne de pollo (sin piel), porque contiene menos grasa. Todas las veces que pueda, sustituya la carne por pescado. Los pescados que más omega 3 contienen son la caballa (2,5 por 100), las anchoas en lata, el salmón y el emperador. Procure que los lácteos a consumir, sean desnatados. Para cocinar emplee aceite de oliva o vegetal y prescinda de la mantequilla.
¿La grasa es lo malo?
En efecto. Cuando se hicieron las autopsias de los soldados muertos en la Guerra de Corea, (1951-53) se vio que los muchachos de 21 años ya tenían placas de ateroma. Fue la primera generación criada con el lujo. Se sabia que la dieta era la responsable, pero no se sabia qué hacer para modificar la tasa de colesterol. Porque hasta entonces se pensaba que cada organismo producía el colesterol que necesitaba. Y se hicieron estudios muy interesantes. Por ejemplo, con una dieta vegetariana, el colesterol, como es un producto animal, desciende. Cuando se sometió a los voluntarios a dieta vegetariana a base de arroz y fruta, el colesterol bajó. En ese momento, se añadió a la dieta no colesterol, sino grasa vegetal y por tanto sin colesterol. ¡Y el colesterol subió!. De ahí la evidencia de que el nivel de colesterol no depende tanto de la cantidad de colesterol que se ingiera, como de la grasa. La grasa, y sobre todo, el tipo de grasa, es más importante que el colesterol.