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Martes 11 de agosto de 2020
3 minutos
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De vez en cuando algún famoso –suele ser famosa– publicita su dieta depurativa o desintoxicante. Y es cuando la gran mayoría se pregunta si es que el organismo no tiene suficiente capacidad de depuración. Sí, la tiene, pero la vamos perdiendo con los años. Por eso, no está mal que de vez en cuando nos ocupemos de la 'higiene interna' de nuestro cuerpo.
Y es que con la edad, generamos más radicales libres que nos oxidan poco a poco y nos hacen envejecer; pero además, nuestro sistema inmunológico produce menor cantidad de sustancias antioxidantes, lo que limita también nuestra protección frente a esos radicales y frente a las agresiones exteriores.
La lucha, pues, tiene dos frentes: reducir el estrés oxidativo (disminuyendo los radicales libres) y aumentar la protección a base de facilitar al organismo los antioxidantes oportunos.
Como todo organismo vivo, necesitamos energía para nuestra actividad vital. Y la obtenemos utilizando los alimentos como combustible. Pero no olvidemos que la combustión es una oxidación. Y en ese proceso de obtención de energía por combustión, aparecen electrones que pierde la sustancia que está siendo oxidada (quemada). Es cuando aparecen como intermediarios, esos indeseables radicales libres. Por eso surgen de forma natural. También nos llegan en el proceso de asimilación de nutrientes esenciales (como el hierro o el cobre). Y de ahí la necesidad imperiosa de que tengamos que nivelar esos radicales con sus oponentes que son los antioxidantes.
Un aporte necesario
Para nivelar nuestra oxidación debemos aumentar el consumo de frutas y verduras y aportar vitaminas especialmente antioxidantes como la C (naranja, limón, fresa, pimiento, perejil...); la E (se llama también tocoferol y la obtenemos en cereales, aceites vegetales, maíz y trigo); y betacaroteno, que es un pigmento precursor de la vitamina A y se encuentra en los frutos rojos, como sandía, frambuesa y especialmente en la zanahoria).
Hay quien propone una dieta exclusivamente de frutas. No está mal, aunque si se mantiene en el tiempo se pueden producir carencias. Someterse de vez en cuando un día entero a la ingestión solo de frutas puede ser útil por cuanto las evacuaciones intestinales van a ser frecuentes. Pero señalemos que pretender adelgazar así no es aconsejable. Se puede completar con la ingestión de agua abundante, lo que obliga a limpiar el organismo a través de la orina. Se debe consumir también abundante fibra que tiene la ventaja de que no se digiere, pero que añade volumen a las heces lo que facilita el tránsito intestinal. No se olvide que la fibra es el principal aliado contra el estreñimiento.
Y se puede ayudar con algún complemento de los que reducen la absorción de azúcares por el organismo.