Todos tenemos conciencia del riesgo del cambio climático. El problema es que casi siempre se nos habla de largos plazos, de que dentro de un siglo se derretirán los hielos y ascenderá el nivel del mar...
Sin embargo, las primeras consecuencias de nuestra influencia en el clima ya estamos sufriendo : olas de calor , lluvias torrenciales , heladas…
La Organización Mundial de la Salud ya documenta el aumento de enfermedades diarreicas en países pobres, excesos de temperatura, problemas de nutrición por cambios agrícolas, y accidentes causados por inundaciones. Está demostrado que una subida leve de temperatura hace aumentar los casos de salmonelosis. Y claro, eso tiene implicación en el tiempo que puede durar un alimento sin refrigerar, algo preocupante en los países mas pobres, con menos infraestructuras y donde se venden comidas en la calle.
Insectos
Por otra parte, están aumentando las enfermedades producidas por insectos vectores que ya pueden vivir en regiones que no eran para ellos habituales. Ya aparecen, por ejemplo, en lugares montañosos donde hace mas frío. Enfermedades como la malaria, por lo tanto, podrían aumentar, aunque muchos expertos piensan que es difícil que esto ocurra en los países desarrollados. Desde luego ningún estudio serio habla de la posibilidad de que nos lleguen enfermedades tropicales. Por desgracia, los impactos mas graves serán en los países pobres que ya sufren de muchas enfermedades transmisibles. Y se espera también un aumento de enfermedades infecciosas.
Cómo afecta a nuestra salud
Todos tenemos conciencia de que “el tiempo se está volviendo loco”. Porque no se trata solo de que el clima cambie, ni de que de pronto surjan catástrofes naturales. Es que ya hay enfermedades causadas por insectos y parásitos en zonas donde no existían. Se han documentado borreliosis o encefalopatías por piojos y garrapatas en Suecia y en Chequia. Y parece que se ha prolongado la etapa de polinización para sufrimiento de los alérgicos.
Las lluvias se multiplican en el sur de España y en el Norte luce el sol; y los países nórdicos pasarán del clima frío que soportan, a vivir en un clima mas húmedo y mas cálido.
La realidad es que la mirada de los científicos, si no se toman medidas, deja poco margen al optimismo.
Las primeras medidas que podemos tomar nosotros
Son muchas y todos podemos contribuir a tener un planeta mas limpio. Y con medidas tan sencillas como estas:
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Evite el uso de bolsas de plástico. Reutilice una de tela.
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La ducha ahorra mucha agua en relación al baño.
- Ya se ha hecho clásico el desperdicio de agua que supone lavarse los dientes con el grifo abierto.
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El horno gasta muchísima mas energía que el microondas. Así que siempre que pueda, utilícelo.
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Espere a que el lavavajillas esté lleno para ponerlo en marcha. Y lo mismo, la lavadora.
- Aunque parezca mentira, si tapa las ollas mientras cocina puede ahorrar hasta la cuarta parte de energía.
- Acostumbre a todos los de la casa a apagar las luces cuando no sean necesarias.
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Apague los aparatos electrodomésticos. El televisor y el ordenador cuando están en "stand by" (apagados con el piloto rojo) también consumen energía.
- Utilice bombillas led.
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No meta alimentos calientes en el frigorífico. Por cierto, conviene limpiarlo por la parte de atrás por lo menos una vez al año.
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Evite el goteo de los grifos. Una gota por segundo son 30 litros al día.
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Consuma productos de temporada y de cercanía. El organismo aprovecha igual un kiwi asturiano que uno de Nueva Zelanda. Y ese transporte, y su repercusión, puede evitarse.