El calor, el verano, o su idiosincrasia,hace que las cucarachas surjan de vez en cuando. Es un bicho asqueroso, pero que ha resistido en su convivencia con el ser humano durante millones de años (alrededor de 350). Y los expertos afirman que el aparato digestivo de estos insectos es tan eficaz que sobrevivirán al hombre. Para dar una idea de su volumen, podemos decir que hay más de 3500 especies y que en España se contabilizan por lo menos 30 tipos. Su capacidad de reproducción es tal que podemos suponer que una pareja de cucarachas en el arca de Noé tardaría solo dos años en repoblar el mundo con millones y millones de ejemplares.
Hágase una idea: en el centro de las ciudades hay dos cucarachas por cada habitante.
Oficialmente se define como “Insecto de color negro por encima y rojizo por debajo, alas y élitros nulos, seis patas casi iguales y el abdomen terminado en dos puntas articuladas. Es ortóptero, nocturno y corredor. Se esconde en los lugares húmedos y oscuros, y devora toda clase de comestibles, que inficiona con su mal olor”.
Rubias o negras
La más común es la alemana o rubia; y lo es precisamente por su enorme capacidad reproductiva. En un año, una pareja de esta “raza” puede tener tres puestas de cápsulas (ootecas) que contienen de 120 a 360 huevos cada una, lo que representa una media de 900 huevos. Una capacidad de multiplicación miles de veces mayor que la de otras especies. Vive aproximadamente 1 año.
En España hay sobre todo tres tipos. La blatta orientalis es la cucaracha negra o marrón oscuro. Entra en las viviendas por las tuberías de desagüe. Tiende a vivir en el suelo y en áreas húmedas. Come de todo, ya que son omnívoras. Suele instalarse cerca de la basura.
La blatta germánica es la que conocemos como cucaracha rubia. Es nocturna, como todas y tiene predilección por grandes áreas. Restaurantes y mercados, por ejemplo. También comen de todo.
Y por último tenemos también la llamada periplaneta americana, que parece ser que se importó casualmente y se adaptó muy bien en nuestro suelo. Es más grande que las otras y más agresiva. Es también la que uno se puede encontrar de día y es la más longeva ya que puede llegar a vivir año y medio.
La mayoría de las especies son originarias de países tropicales y de ahí que entre sus hábitos vitales esté la alta temperatura ( está feliz hacia los 25 grados) y la humedad.
La 'del café'
Hay una cucaracha que trae en jaque a los medios hosteleros: es la llamada cucaracha del café. Es del tipo de la cucaracha rubia –muy prolífica por tanto–, pero que tiene una especial predilección por el entorno de las cafeteras. Allí encuentran, además de calor, humedad, incluso la que más le gusta, la de vapor. Y por si fuera poco, se alimentan de los restos del café. Es pues, el lugar preferido. Como además, la aplicación de insecticida podría dar gusto a los elementos de la cafetera, no suele ser una zona especialmente tratada.
Son muy austeras
Lo más curioso es que las cucarachas hacen gala de su austeridad. Porque, aunque parezca mentira, la cucaracha puede vivir casi sin alimentarse. Y como ejemplo se cita que una docena de cucarachas podrían sobrevivir durante una semana solo con los nutrientes contenidos en el pegamento de un sello de correos. Una miga de pan es pues, un auténtico banquete.
Ciertamente es un bicho muy hábil y rápido en su escapada. Solemos creer que es el ruido o el encendido de la luz lo que las asusta y hace que emprendan la huida. Y no es así. Pueden huir porque disponen de un impresionante sistema de detección para localizar si se mueve algo o alguien ajeno a su especie. Tienen unos pelillos que les permiten detectar los más leves cambios de corriente de aire en su entorno. Eso es lo que realmente les da la señal de alarma y no el que encendamos la luz de la cocina a las cuatro de la mañana.
Su sistema de captación del movimiento del aire es de tal precisión y de tal amplitud que una cucaracha no podría soportar fácilmente la corriente de aire que promovemos con nuestros pasos. Por eso aprovechan la nocturnidad. Y especialmente entre las 2 y las 6 de la mañana, que es cuando salen de su grieta o de su tubería en busca de alimento y de bebida.
Su habilidad no reside solo en la huida. Si advierte peligro y está lejos de su escondrijo o se ve impotente para una huida eficaz, se resguarda tras cualquier objeto y espera inmóvil a que la amenaza desaparezca. Después, ya sin riesgo alcanzará su nido.
El riesgo
El problema de las cucarachas no es que ataquen, piquen o molesten directamente al ser humano. Porque ciertamente no hacen nada de eso. No nos ataca. Ante nuestra presencia - sobre todo si pisamos fuerte-, huyen despavoridas. Por eso no tema pisar una casualmente. El problema real es que deambulan por tuberías, por zonas de detritus, por basuras en descomposición y arrastran en sus patas y en su cuerpo millones de posibilidades de enfermedad. Se puede decir que con toda facilidad siembran gérmenes allí por donde pasan, o sobre los alimentos que recorren. Se puede calcular que llevan más de 40 diferentes tipos de bacterias. Hay que tener en cuenta además, que tienen la capacidad para llegar a los pisos más altos y que, aunque pueda haber alguna en el baño, MÁS DE LA MITAD SE INSTALA EN LA COCINA. Sus paseos por fruteros o encimeras pueden dejar rastros que pueden afectar a nuestra salud.