Piénsalo y después de leer este texto, lo comentas. Porque te llamará la atención. Cuando compramos un coche, lo que nos lleva a un determinado color es, primero, la moda; y segundo, la significación que para cada uno de nosotros tiene ese color. La gran mayoría en España elige para un coche de gama alta media el gris metalizado, quizá porque es un color sufrido en donde no se nota excesivamente la suciedad. Pero un muchacho joven, elegirá para un coche de tamaño medio o pequeño el color negro como un distintivo claro de su posición. Y el rojo, que durante tiempo se considero el color juvenil, de gente joven, alegre y distendida, ha cambiado de escala y queda relegado a coches deportivos de alta gama o a modelos descapotables en donde se supone que al conductor no le importa llamar la atención y ser observado.
Los especialistas hablan de que el amarillo es el color de la prudencia y, sin embargo, apenas dos de cada cien conductores optan por este color. Los fabricantes, de todos modos y aunque ofrecen una gama de colores que sobrepasa la treintena, siempre dicen que los clientes se decantan por los cuatro más usados: negro (si es grande); azul, verde y rojo.
Parece ser que es el color -además del precio- lo que nos decide hacia un determinado tipo de vehiculo. En cuanto al color, los especialistas en estas cuestiones dicen que el marrón se elige porque nos parece que es duradero; el azul acompaña a personas que también visten de azul; puede significar corrección y sobre todo, no destacar de manera especial; el negro se utiliza para la gama alta de vehículos y entre la gente joven; el blanco ha sido tradicionalmente el color más vendido, no solo por la visibilidad sino también porque refleja mejor el calor. Esa es la razón por la que muchas ciudades han cambiado el color de sus taxis.
¿Y cuales tienen más accidentes?. La revista Trafico y Seguridad Vial publicaba un interesante trabajo sobre este tema. Los coches marrones, negros y verdes son los que más accidentes tienen, y los plateados, rojos y amarillos los que menos.
Ni fabricantes, ni vendedores, ni compradores se plantean en la actualidad que un color sea más propenso a sufrir accidentes que otro. Simplemente se asocia la seguridad de algunos colores, como rojos o amarillos, con su grado de visibilidad, sin tener en cuenta que esa visibilidad depende mucho del entorno y de la iluminación de la vía.
Hace años, Mapfre realizó un estudio que sí mostraba la influencia del entorno o la diferente iluminación en los distintos colores. Así, los coches amarillos o rojos, que son más visibles en vías iluminadas, aumentaban el riesgo en ausencia de iluminación; mientras que con el blanco y el beige ocurría lo contrario. Un coche verde -en principio de los más visibles por su alto contraste con el asfalto-, en zonas como Asturias, donde predominan los verdes paisajes, resulta mucho menos visible que, por ejemplo, en Andalucía.
Blancos, amarillos, naranjas o rojos eran más visibles en la mayoría de condiciones, pero en ningún momento se mencionaba si coincidía con que, precisamente, esos colores tenían menos accidentes.
Aunque parezca mentira en los partes de accidente no se suele registrar el color del coche.