La mayoría de la población tiene caries. Por eso se puede hablar de que es la enfermedad más generalizada. Y hay que llamarla enfermedad porque es un foco infeccioso que se instala en la boca y que puede repartir bacterias por todo el organismo.
Todo lo que comemos, y especialmente las harinas refinadas y algunos azúcares (especialmente si tienen textura pegajosa) se van quedando en la superficie de las piezas dentales Las bacterias que tenemos en la boca forman una especie de red sobre esa superficie para atrapar algunos gérmenes y sobre todo, los restos de comida que les van a servir de alimento. Es lo que se conoce como placa bacteriana. Esas bacterias gracias a otros elementos químicos y algunas enzimas degradan los alimentos dejando como residuo una serie de ácidos que van a atacar el diente. Esos ácidos predisponen el ataque al esmalte, la parte más dura de la pieza dental. Si logra perforar ese escudo, el camino queda abierto para los gérmenes. Entran en la dentina, y allí las bacterias tienen todo lo que necesitan para crecer y multiplicarse (calor y humedad). El paso a la pulpa es mucho más fácil, porque no encuentran resistencia. Luego llegará el dolor. Y lo importante es que en ese auténtico agujero producido en la pieza dental, hay una infección que puede quedar ahí, o buscar otro lugar cualquiera para asentarse.
Si tenemos presente el proceso de la caries, parece claro que para luchar contra ella hay tres posibilidades:
- -Eliminar de la dieta todo aquello que es capaz de formar la placa bacteriana. (Sumamente difícil).
- -Mantener siempre limpia la pieza dental, lo cual es prácticamente imposible.
- -O, si se forma la placa, tener una esmerada higiene que la destruya diariamente... (También se puede ayudar al diente con flúor para añadir un escudo protector).
Solo caben esas posibilidades. Y como son difíciles de aplicar por separado, lo ideal es luchar en los tres frentes.
Una encuesta de la OCU da la idea de cómo está nuestra salud bucal.
Alrededor del 30 % reconoce que su salud es sólo regular y el 10 % la considera mala. Se preguntó también por los problemas más frecuentes que habían sufrido durante los últimos 3 meses. Caries, sangrado de encías durante el cepillado, encías o dientes sensibles y dificultad para comer determinados alimentos son los problemas más comunes.
El estudio de la OCU demuestra que la higiene oral y los hábitos de los españoles son francamente mejorables: Un 38 % no llega a realizar 2 cepillados diarios y un 49 % nunca utiliza seda dental, que es una medida imprescindible para garantizar una buena higiene. La revisión anual al dentista es lo habitual entre casi la mitad de los españoles. Sin embargo el 34 % admite que solo va al dentista cuando siente dolor o tiene problemas y el 17 % afirma que lleva más de 5 años sin visitar la consulta.
¿Habrá vacuna?
Hay varios grupos de científicos que trabajan para conseguir una vacuna contra el Streptococcus mutans y sus variantes que son los responsables de la mayoría de las caries. Las investigaciones se dirigen, por un lado a crear anticuerpos que actúen directamente contra los microorganismos como diana; y por otro, a inhibir la enzima que forma la sustancia que permite a la placa pegarse a las piezas dentales.
Los resultados son esperanzadores y sobre todo, sin efectos secundarios.