Las caries y las enfermedades de las encías (enfermedades periodontales, del tejido que rodea el diente) son dos de las infecciones más prevalente en el ser humano. Y aunque se dispone de antisépticos y antibacterianos, no se puede prescindir de la higiene oral. Es la herramienta esencial en su prevención
Después de la gripe, las caries son una de las enfermedades más comunes en la especie humana y aunque puede afectar a cualquier individuo, es más frecuente en niños y adultos jóvenes.
El número de caries se ha reducido sensiblemente, en especial hablando de niños.
Salvo en grupos de ancianos, el nivel socioeconómico está asociado con la caries, de manera que los más desfavorecidos presentan mayores niveles de caries, más necesidad de tratamiento periodontal y menos índice de restauración.
Puede pensarse que un elevado porcentaje de adultos (80) tiene alguna caries. Y hay que tomar conciencia de que es un foco infeccioso que se instala en la boca.
El proceso de las caries es sencillo. Todo lo que comemos, y especialmente las harinas refinadas y algunos azúcares se van quedando en la superficie de las piezas dentales. Los de textura pegajosa son mucho más peligrosos. En la boca tenemos una serie de bacterias. Ellas forman una especie de red sobre la superficie dental que tiene como misión atrapar algunos gérmenes y sobre todo, los restos de comida que les van a servir de alimento propio.
Entonces, esas bacterias, gracias a otros elementos químicos y algunas enzimas, degradan esos alimentos, dejando como residuo una serie de ácidos que van a atacar frontalmente la pieza dental. Esos ácidos predisponen el ataque al esmalte, la parte más dura y que protege el diente. Si logra perforar ese escudo protector, el camino queda abierto para los gérmenes.
Entran en la dentina y allí las bacterias están a sus anchas. Tienen todo lo que necesitan para crecer y multiplicarse: calor, humedad... El paso a la pulpa ya es mucho más sencillo, porque no encuentran la más mínima resistencia.
La infección se instala
Luego llegará el dolor. Y el dolor es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que en ese auténtico agujero producido en la pieza dental, hay una infección que puede quedar ahí, o buscar otro lugar cualquiera.
Si tenemos presente el proceso de la caries, parece claro que para luchar contra ella hay tres posibilidades:
- Eliminar de la dieta todo aquello que es capaz de formar la placa bacteriana. (Sumamente difícil)
- Mantener siempre limpia la pieza dental, lo cual es prácticamente imposible.
- Si se forma la placa, tener una esmerada higiene que la destruya diariamente. También se puede ayudar al diente con flúor para añadir un escudo protector.
Solo caben esas posibilidades. Y como son difíciles de aplicar por separado, lo ideal es luchar en los tres frentes.
Carrera contra el tiempo
Segundos después de que los hidratos de carbono refinados entren en la boca empieza a producirse ácido en la placa bacteriana. Y veinte minutos mas tarde, el ácido ha desaparecido. Es verdad que el mineral, el diente, que ese ácido haya podido destruir es muy poco y que además con la dieta sana y los minerales que la propia saliva contiene, puede ir reconstituyéndose...
Por eso el problema no está en masticar un caramelo, sino que la ingestión de hidratos refinados sea frecuente e intermitente. Desde el punto de vista de la salud dental es mucho peor comer una docena de caramelos espaciadamente, que ingerir un kilo de bombones de una sola vez.
Enfermedad periodontal
Abarca una serie de patologías que afectan a los tejidos de alrededor del diente. Así se altera el soporte del hueso que lo sujeta y, en muchos casos, acaba por provocar la caída de la pieza.S e manifiesta como gingivitis o periodontitis.
La gingivitis es la inflamación de la encía sin que se vea afectado el hueso alveolar. Aparece la encía enrojecida y edematosa, sangra con mucha facilidad. Los expertos sostienen que debe tratarse cuanto antes, porque es la puerta abierta para la periodontitis (piorrea). Si no se trata a tiempo, acaba por destruir el hueso que soporta el diente y por la pérdida de piezas dentales. Las encías en este caso están inflamadas y aparecen huecos entre la encía y el diente
Entre la población infantil española se constata un incremento de gingivitis y una disminución en la necesidad de tratamiento de la población adulta. Sin embargo, no se puede afirmar que las enfermedades periodontales estén disminuyendo
Hábitos higiénicos
Según una encuesta facilitada en la reunión de control de la placa e higiene bucodental, en España el 83,5% de la población se cepilla los dientes al menos una vez al día; y un 60,8 al menos dos veces al día. Más del 15% utiliza habitualmente colutorios, tan solo un 5% usa habitualmente seda dental y un 3% cepillos o palillos interproximales.
Dentición de leche
A la dentadura de leche hay que prestarle mucha atención. Los adultos no nos damos cuenta de lo que supone. Suele pensarse que como es una dentadura de recambio no tiene mayor trascendencia. Y sin embargo, esas piezas son las que están haciendo sitio a los dientes permanentes.Incluso de esa dentición puede depender la forma de la cara y el encaje de los dos maxilares.
Un último dato: de cada cien deformaciones de maloclusión, más de la mitad se deben única y exclusivamente a que no se ha cuidado la dentadura de niño.