Una encuesta nacional sobre percepción de la cistitis llega a la conclusión de que el 37% de las mujeres españolas han padecido esta infección de la vejiga. De ellas, por lo menos la mitad considera que padecerla afecta a su calidad de vida porque las molestias ocasionadas no le permiten seguir con su ritmo vital y sus actividades diarias. La encuesta señala también que tres de cada cuatro acuden a su médico general cuando aparece este problema y hasta un 7% acude a los servicios de urgencias cuando los síntomas se hacen insoportables.
No se extrañen que la estadística solo hable de mujeres. Porque aunque no es exclusivamente femenina, sí es un padecimiento que padece ella con mucha mayor frecuencia que el varón. Y más, en verano .
Los especialistas afirman que todos la padecemos por lo menos una vez en la vida. En el hombre, la cistitis es rara. Y suele producirse sobre todo en la tercera edad asociada a otros procesos, generalmente de tipo prostático.
Se suele identificar la cistitis con uno de sus síntomas, como es el de orinar con mucha frecuencia. El tenesmo o poliuria o necesidad de orinar muchas veces puede ser síntoma de otras muchas afecciones, aunque si aparece picor o dolor, ya está indicando algo más.
La cistitis es la infección de la capa interna de la vejiga (cistos = vejiga). Pues bien, si todo nuestro organismo esta recorrido por el agua, debemos pensar que el origen de la infección puede estar en cualquier otra parte del organismo y que al llegar a la vejiga, deje allí sus gérmenes. Es decir, una infección de las vías altas o una infección renal, al ser eliminada por la orina, puede afectar a la vejiga. La cistitis bacteriana es la más frecuente y puede surgir porque las bacterias que circulen ocasionalmente por la sangre se fijen en la vejiga.
En cuanto al tipo que afecta a cada uno, debe decirse que mientras en el hombre la cistitis más frecuente es de tipo renal o hemática, en la mujer la más común es de tipo uretral.
Rara es la mujer que a lo largo de su vida no ha padecido alguna cistitis. Y es que su disposición anatómica hace que el trasvase de bacterias sea más fácil.
También es verdad que ellas padecen estreñimiento con mucha más frecuencia. Y en el intestino viven, habitualmente una serie de bacterias. Pues bien, una de las más normales, la llamada escherichia coli si pasa al aparato urinario puede potenciarse y ocasionar la cistitis. Si el estreñimiento es crónico, puede haber un paso directo del intestino a la vejiga.
También puede producirse por ciertos elementos colorantes y conservantes de los alimentos. Son las anilinas. Estas anilinas pueden provocar una intoxicación vesical y producir igualmente ese proceso.
Y también hay en la alimentación algunas sustancias que resultan muy irritantes para la vejiga. Por ejemplo, la sandía y el melón. No se sabe qué elemento concreto es el que produce esa irritación; pero quien padece cistitis o es propenso a ella, sabe muy bien que la ingestión de melón o de sandía agudiza el padecimiento.
Por otra parte, hay un tipo de cistitis alérgico. No podemos olvidar que estamos hablando de la mucosa de la vejiga y que por tanto, todo aquello que irrite las mucosas va a tener su correspondiente reflejo. Y es útil recordar que el alérgico lo es, generalmente por las mucosas. Quien padece fiebre del heno, o asma, o alergia al polvo, suele padecer, por la misma alergia, cistitis. No se le inflama sólo la mucosa nasal o bronquial, si no también la de la vejiga.
Y hay también otro tipo de cistitis que podemos calificar de tóxicas que son las producidas, por ejemplo, por una medicación fuerte que, al ser eliminada por la orina, provocan la correspondiente irritación.
La primera llamada de atención la recibe el propio enfermo, porque siente una cada vez más frecuente gana de orinar, a la que se suele unir un cierto picor al hacerlo.
Lo recomendable -siempre- es aumentar la ingestión de agua. Si comparamos la vejiga con un jarra de agua, nos daremos cuenta de que cuanto más llena esté, antes habrá que evacuar y, por tanto, se evita que haya un mayor tiempo de estancamiento. Al aumentar el volumen, además de diluir las sales en una mayor masa, limpiamos el recipiente con más frecuencia.
Una infección tarda varias horas en propagarse. Alrededor de seis. Así que, si evitamos que la orina permanezca mucho tiempo en la vejiga, mejor.
Recuerde
- Debe vigilarse el estreñimiento. Una prevención importante de la cistitis es ingerir alimentos que permitan una evacuación intestinal buena y periódica: ingerir frutas, verduras, fibras.
- Evitar la ingestión de sustancias irritantes. El melón y la sandía no resultan aconsejables.
- Una mala higiene favorece la cistitis. O una buena higiene, pero mal hecha.
- El alérgico seguirá padeciendo su alergia a las mucosas y de vez en cuando, mientras le dure un proceso alérgico, también lo notará la mucosa de su vejiga.