Ramón Sánchez-Ocaña
Opinión

Las espinacas dan fuerza y otros mitos de la alimentación

Ramón Sánchez-Ocaña

Jueves 23 de julio de 2020

4 minutos

Las espinacas dan fuerza y otros mitos de la alimentación

Jueves 23 de julio de 2020

4 minutos

Pildoras

 

Estarán de acuerdo en que hay una tendencia excesiva a equiparar lo 'natural' con lo sano y lo bueno. Y es una falacia. Habría que añadir que también hay venenos que son cien por cien naturales, como el de la seta amanita phaloides o el de muchas serpientes. Natural quiere decir natural, no necesariamente bueno.

En relación a los huevos circulan muchos mitos que conviene deshacer. Hay quien dice que crudos alimentan más que cocinados basándose en una hipotética destrucción de la lecitina por el calor. No es cierto. Precisamente la lecitina es muy resistente y muy estable. También se  ha dado excesiva importancia al color de la cáscara. Y no son mejor unos que otros. Es lo mismo un huevo blanco que otro moreno. Ese color no tiene relación ni con su calidad, ni con su frescura. Aunque es verdad que según va envejeciendo, la cáscara puede perder algo de color y un poco de  la rugosidad que tiene cuando esta muy fresco. En este sentido hay quien cree que la yema es mejor cuanto más color tenga. Tampoco es cierto. La yema depende de muchos factores y uno de ellos es la alimentación de la gallina y según lo que se le añada al maíz que come.

Quizá el mito más extendido sea el del hierro de las lentejas. Cuando se piensa en un alimento que lo contenga, indefectiblemente pensamos en las ellas. Es verdad que las lentejas tienen mucho hierro. Pero el ácido fítico impide que lo absorbamos, por lo que la carencia de hierro debemos subsanarla con otros alimentos de origen animal. 

Algo parecido ha ocurrido con las espinacas y la fortaleza que teóricamente proporcionan gracias la su contenido en hierro (que tanto ha difundido Popeye). Pero tampoco es cierto. La leyenda proviene de una errata en la publicación de su contenido férrico que dio a esta verdura un valor de hierro muy superior al que en realidad tiene. Del hierro de los vegetales nosotros podemos absorber muy poco (de un 1 a un 5%), mientras que de la carne absorbemos hasta un 25%. Si aportamos además frutas con vitamina C favorecemos la asimilación.

Muchas amas de casa preguntan sobre la congelación. Digamos en principio que el valor nutritivo de los alimentos congelados es similar al de los frescos, siempre que no se rompa la cadena de frío y la descongelación sea correcta. No podemos olvidar que cuando congelamos un alimento lo que hacemos es convertir en cristales de hielo el agua que ese alimento contiene. Así, temporalmente, el alimento queda deshidratado. Ese es el principio de la congelación.

La calidad del producto inicial no cambia por este proceso. Si se congela un pescado malo, al descongelar seguirá siendo un pescado malo. Si congela un pescado de calidad, al descongelarlo será también de calidad. Recuerde que la congelación, el transporte y la descongelación tiene mucho que ver con el resultado final.

Otra creencia generalizada: ¿qué alimento contiene más vitamina C? Inmediatamente pensamos en los cítricos: naranja y limón. No es del todo cierto. A igualdad de peso, la fresa nos da cuatro veces más que la naranja. Y una de las mayores reservas de vitamina C es el kiwi. Un kiwi tiene seis veces más vitamina C que un limón o una naranja. Y duplica las cantidades diarias que nuestro organismo necesita (100 gramos nos aportan sólo 50 calorías).

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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