Esta claro que el mundo está envejeciendo. Las tasas de natalidad se desploman. Mientras que Francia, por ejemplo, tardó 115 años en duplicar su población mayor de 65 años (del 7 al 14%) en países como China, Tailandia o Colombia apenas se han tardado 25 años. De hecho, el mundo se enfrenta a una auténtica revolución demográfica con muchas connotaciones. Porque si los países desarrollados se enriquecieron antes de envejecer, los países en desarrollo corren el riesgo claro de envejecer antes de desarrollarse. Y en la desigualdad económica está también la desigualdad de salud. El mayor enemigo de la salud es la pobreza.
La conclusión parece clara: como la población cada vez va a ser más vieja, debe promoverse –como rezaba el lema del Día Mundial de la Salud– un envejecimiento activo, un permanecer activo para envejecer mejor. Y en ese aspecto, la OMS insiste en que, al margen de las enfermedades infecciosas, primarán las de tipo degenerativo. Como afirma la institución, el envejecimiento de las personas ha de venir determinado por sus hábitos de vida. Alimentación, tabaco, alcohol, ejercicio físico y obesidad pueden promover la enfermedad o la falta de capacidad en las personas mayores.
Envejecimiento femenino y masculino
Una de las primeras afirmaciones que puede hacerse en torno al envejecimiento es que no envejecemos igual mujeres y hombres. Biológicamente la mujer tiene más ventajas en la esperanza de vida, es decir, vive más. Una mujer que nazca hoy en un país industrializado va a vivir más de 84 años, y superará en 5-8 a un hombre nacido en el mismo tiempo y lugar. Pero una vida mas larga no significa necesariamente una vida más sana. La longevidad de las mujeres las expone más a las enfermedades crónicas asociadas normalmente a la vejez. Por ejemplo, ellas son más propensas a padecer osteoporosis , diabetes, hipertensión, incontinencia y artritis. Sin embargo, los hombres padecen más cardiopatías y accidentes vasculares, aunque con la edad también estas enfermedades afecten a las mujeres
Recomendaciones de la OMS
Para un envejecimiento activo, la Organización Mundial de la Salud ha redactado una serie de recomendaciones a lo largo de toda la vida
- Promover la salud entre niñas y mujeres
- Que niñas y mujeres adquieran conciencia de la importancia de una alimentación correcta y equilibrada.
- Promover la lactancia natural, aprobar leyes contra la publicidad de la leche en polvo y enriquecer alimentos y el agua en zonas de desnutrición.
- Garantizar la vacunación infantil.
- Reducir superpoblación de las viviendas y mejorar saneamiento y condiciones de vida.
- Prohibir la publicidad el tabaco y su venta a niños.
- Procurar una educación sanitaria en este sentido en escuelas y en lugares de trabajo.
- Prohibir la venta de alcohol a niños
- Llevar a la población la conciencia de que una correcta alimentación es la base de una buena salud.
- Aplicar los programas de prevención de enfermedades que han sido comprobados.
- Promocionar cuidados de salud posibles y reducir los riesgos vinculados al entorno
- Promover la educación sanitaria en cuanto a la actividad sexual, y especialmente sobre los modos de vida de riesgo de enfermedades sexualmente transmisibles