

La mayoría de mayores padece problemas digestivos
Ramón Sánchez-OcañaFoto: Bigstock
Viernes 15 de octubre de 2021
3 minutos

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Viernes 15 de octubre de 2021
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Casi tres millones de españoles de más de 65 años padecen dispepsia, un trastorno que se caracteriza por dolor o molestias en la parte superior del abdomen, con sensación de estar lleno después de las comidas, con flatulencia y ardor de estómago. De manera más amplia, puede decirse que a uno de cada dos ancianos que acude a la consulta del geriatra por cualquier motivo se le diagnostica una enfermedad ácido-péptica; es decir alguna de las patologías relacionadas con la secreción inadecuada de ácido gástrico.
El problema es que los mayores acuden por otros motivos que consideran de mayor importancia o gravedad. Y así, la dispepsia o el reflujo se consideren poco menos que cuestiones de la edad.
Por otra parte, a la posibilidad de padecer varias cosas a la vez se suma la polifarmacia; es decir, el tratamiento de varios fármacos de manera simultánea. Por eso, los propios médicos se ven ante la dificultad de añadir “uno más“. Y aunque no se considere grave , sí puede generar complicaciones.
Aproximadamente ,uno de cada diez españoles padece enfermedad ácido-péptica. En los ancianos, además, tiene una manifestación más insidiosa: es muy frecuente que no perciban los síntomas con la intensidad que cabría esperar según las lesiones detectadas en la endoscopia. Menos de un 30 por 100 de los ancianos refiere sus síntomas más característicos, y quizá por eso, sea ésta una enfermedad infradiagnosticada en este grupo de población.
Entre estas patologías se pueden citar la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), la dispepsia propiamente dicha, la pirosis o ardor de estómago y la hernia hiatal.
Polimedicados
Los mayores de 65 años que viven en su domicilio consumen en torno a tres o más fármacos diarios. Pero cuando están internos en una residencia se calcula que son seis o siete. Y si el mayor está hospitalizado consume alguno más. Y como las patologías más frecuentes son las reumáticas y las osteoarticulares, uno de los grupos farmacológicos que más se consumen son los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Estos medicamentos presentan un alto índice de efectos secundarios, sobre todo en este grupo de población, por lo que es fundamental añadir algún protector de la mucosa gástrica. Como señala el profesor Ribera Casado, todos los fármacos que se consumen resultan, en mayor o menor medida, agresivos para el organismo y más cuando se administran al mismo tiempo. “La mayoría de estos medicamentos se administran por vía oral y esto se traduce en una agresión directa a la mucosa gástrica. En el caso de los pacientes de más edad, que ya de por sí tienen más mermadas sus defensas, los efectos son mucho más perjudiciales”.
Síntomas
Aunque la enfermedad ácido-péptica agrupa a una amplia serie de patologías, el síntoma más común es el ardor de estómago o quemazón (pirosis) en la boca del estómago. Otro signo frecuente es la presencia repentina de alimentos en la boca sin acompañarse de náuseas ni vómitos (regurgitación). En pacientes mayores también son habituales el dolor torácico o la dificultad para la deglución. También puede notarse cierta sensación de acidez en la boca, eructos, náuseas, hipersalivación, disfagia, hipo y dolor epigástrico.