Los estudiantes tienen peor vista cada curso que comienzan. De ahí la importancia de una revisión ocular. Normalmente, no somos conscientes de que eso que llamamos VER es un aprendizaje. Aprendemos a ver poco a poco. La visión del recién nacido, es del orden de centésimas; a los seis meses ve una tercera parte de lo que debe ver y va hacia una visión plena.
Pero si en esos años, aparece cualquier obstáculo que impida un correcto estímulo de la retina, puede detenerse el desarrollo de la agudeza visual. Y uno de esos obstáculos puede ser un ligero estrabismo. Si el niño ve mejor con un ojo que con otro, la ley del mínimo esfuerzo le va a llevar a ver siempre con el mismo ojo, sin desarrollar el que ve menos. Entonces, ese ojo que ve menos, se hará vago y acabará por no desarrollarse bien.
Y puede tener consecuencias, porque no se debe olvidar que m´ss del 80 por 100 de nuestra información se recibe por los ojos.
Los defectos
Ya es sabido que nuestros ojos son dos perfectas cámaras fotográficas. Imaginemos que al montar la máquina, hay algo que se desajusta. No porque haya una enfermedad, sino simplemente porque quizá las lentes son más curvas, o son de distinto tamaño...
Si el ojo es normal, la imagen se recibe en la retina. Pero si por cualquier circunstancia, por la presión de la estructura del ojo, éste se ensancha y se hace más largo, la imagen se forma entonces antes de la retina. Y por tanto, será una imagen defectuosa. Es el caso del miope, que ve las cosas un poquito mayor que los demás.
Es posible también que el ojo sea corto, y por tanto, que la imagen se forme no en la retina, sino detrás. Ve los objetos un poquito más pequeños que los demás. Es el hipermétrope. Suele acomodarse gracias a un esfuerzo del cristalino. Pero esta acomodación implica que el hipermétrope está haciendo un esfuerzo muscular continuo lo que va a causar fatiga visual y en definitiva un rechazo continuado a las labores de cerca... Y puede ocurrir que por la misma presión de los párpados o por cualquier otra causa se deforme no la longitud del ojo, sino la curvatura de las superficies externas. La córnea o el cristalino, o las dos a la vez. Son los astígmatas. Como la superficie a través de la que ve, está deformada, así lo estará también la imagen que reciba. Se verá alargada, o achatada, dependiendo de cuál de los ejes se encuentre alterado. El ojo no puede corregir este defecto. Así que para ver correctamente tiene que utilizar las lentes o gafas que compensen esa deformidad...
Vista cansada
Otro problema es el de la presbicia u ojo présbita. El ojo normal, como tiene capacidad de acomodación, es capaz de ver los objetos nítidos a cualquier distancia. Pero esta capacidad de acomodación se va perdiendo con la edad, de manera que hacia los 40 o 45 años el ojo no enfoca por sí mismo. Y como el enfoque real no funciona, hay que variar la distancia del objeto. Es lo que popularmente llamamos vista cansada. El problema de la presbicia que prácticamente todos conocemos es que hay que suplir ese fallo en el mecanismo del ojo a base de lentes.
Qué debe llamarle la atención
Cuanto antes se pueda corregir la visión, mejor pronóstico. Por eso, vigile cómo ven sus hijos.
Debe sospechar que hay alguna alteración si gira la cabeza para leer o para mirar; o pone muy poca atención cuando copia. También puede ser un aviso si cuando se quiere fijar con atención en algo, adopta posturas muy raras; o inclina la cabeza con frecuencia hacia uno u otro lado; o cierra habitualmente un ojo; o si tiene orzuelos con mucha frecuencia. Porque los orzuelos son la demostración indirecta de que el niño se lleva las manos a los ojos más de lo debido. También puede ser indicativo si pestañea mucho o aproxima demasiado los objetos que mira con atención.
Debe revisar los ojos
Cuando empieza la escolarización es recomendable revisar la vista. Recuerde que el niño está aprendiendo a ver. Un defecto que pasa inadvertido a padres y educadores puede ser la causa de una estimulación inadecuada.
Hasta los 15 o 17 años es siempre aconsejable una revisión de los ojos cada dos años. Es hacia esa edad cuando se alcanza la estabilidad de los atributos sensoriales.
Además la tarea escolar está en relación con la frecuencia de defectos visuales. El número de problemas crece según crece el grado de escolaridad. Especialmente hablando de miopía. A mayor curso, mayor número de miopes...
Nutre tus ojos
La dieta también influye. Nuestros ojos necesitan sus vitaminas. Destaca, por ejemplo, la vitamina A, ya que cuando hay déficit puede disminuir la agudeza visual, especialmente cuando no hay mucha luz. También su carencia puede provocar sequedad en los ojos. Se debe aumentar el consumo de zanahoria, espinacas, tomate y yema de huevo. La vitamina E es antioxidante así que es útil para frenar el deterioro general y de los ojos en particular. Se puede encontrar en la manzana, aguacate, plátano, tomate y espárragos.
La vitamina C es un antioxidante general. Y como es sabido abunda en los cítricos -naranja, pomelo, limón- y en las fresas y sobre todo en el kiwi y en los pimientos.
Una buena protección ante las radiaciones solares, la proporciona la luteina que la podemos encontrar en el tomate, las espinacas, en el brécol y en la lechuga.
Y la vitamina B 12 que nos hará sentir más cómodos, por mayor cantidad de lágrima. La encontramos en verduras, leche, levadura de cerveza....
Sobre el autor:
Ramón Sánchez-Ocaña
Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979) y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.
Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.
Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición.
En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.