Tenemos la idea asumida de que el Parkinson es una enfermedad degenerativa de personas de edad. Y no siempre es así: por lo menos en un 10% de los casos aparece antes de los 40 años. Por eso, los expertos señalan que sería ideal encontrar marcadores biológicos para detectar la enfermedad en las primeras etapas; porque cuando la enfermedad da sus primeras señales clínicas, han transcurrido ya varios años de degeneración y las soluciones son menos eficaces.
El ejemplo más claro que un enfermo de Parkinson puede poner es que siente como si tuviera dificultades en el motor de arranque. Falla la sustancia que pone en marcha las neuronas encargadas del movimiento.
No se conoce la causa. Simplemente se sabe que la enfermedad resulta de un déficit de dopamina, un mediador químico producido por el cerebro y que interviene en el comienzo, previsión y ejecución del movimiento y de los gestos.
Es una enfermedad edad-dependiente; o sea, que normalmente, se asocia con la vejez o con la mayoría de edad. Pero el problema no es sólo ése. Es que resulta cada vez más frecuente y aparece en los momentos más fructíferos de una vida; es decir, a partir de los 40 años. Por eso no es extraño oír que el padre de uno tiene Parkinson "y no es tan mayor". Y por eso se conoce especialmente entre personas que ostentan cargos de alta responsabilidad.
Hay un envejecimiento prematuro de la sustancia negra del cerebro.
El temblor es uno de los síntomas más llamativos y se produce cuando el individuo está en reposo y mejora cuando realiza un movimiento voluntario. No es el síntoma más frecuente, como se cita en la estadística que reproducimos al final de estas líneas. También son frecuentes los problemas al andar y la dificultad para mantener el equilibrio.
Suele creerse que padecen trastornos cognitivos, pero esa creencia se debe a la inexpresividad de la cara y a la monotonía del lenguaje. Pero no hay ningún trastorno del conocimiento. Los pacientes de Parkinson pueden ser más lentos al responder a una pregunta en una conversación; y si lo unimos a la falta de expresión puede pensarse en algún trastorno auditivo. Pero no es cierto (aunque puede haber alguna pérdida de oído).
La prevención primaria al ignorar la causa es, de momento, imposible. Probablemente el origen dependa de muchos factores. De hecho, se ha atribuido a agentes externos y sobre todo, tóxicos. Pero en todo caso, la relación con la edad, es tan clara que deja pocas esperanzas al hallazgo de una causa ajena a la persona. Con los años, el número de células de la sustancia negra del cerebro disminuye considerablemente. Y recientemente se ha descubierto una anomalía genética en algunas familias con varios miembros afectados. Pero sólo en algunas.
Principales dificultades de los pacientes españoles:
Dificultad para salir de casa: 89%
Cansancio: 86%
Dificultad para escribir: 84%
Dificultad hacer cosas solo: 83%
Problemas de equilibrio: 82%
Tristeza y depresión: 78%
Temblor: 73%
Dificultad para vestirse: 64%
Lo que vemos
El temblor es uno de los síntomas más llamativo y angustioso. Pero no es el síntoma más general como puede verse en esta estadística. El 78% de pacientes lo califica de muy molesto. El temblor se produce cuando el individuo está en reposo y mejora cuando realiza un movimiento voluntario.
Caminar con problemas y dificultad para mantener el equilibrio son síntomas también frecuentes. Un movimiento característico es el de rozar el dedo pulgar y el índice, en esa postura que clásicamente se llama "hacer píldoras". Hay también una falta de reflejos espontáneos. Al andar es muy típica la ausencia de braceo; y, normalmente, para compensar se inclina hacia adelante y va con pasos muy cortos.
Otra característica es la llamada micrografía o escritura muy pequeña. Para controlar el temblor de la mano, el enfermo escribe con ella apoyada en el mismo lugar, con lo que realiza un desplazamiento muy corto, y por consiguiente hace una letra muy pequeña.