Aunque los oftalmólogos, como es natural, distinguen muchos tipos de conjuntivitis y de afecciones veraniegas de los ojos, nosotros solemos meter en el mismo concepto, todo aquello que afecta a la conjuntiva, es decir, a la membrana que cubre los párpados por dentro y la superficie expuesta del globo ocular. Cuando por irritación, por alergia o por un agente infeccioso se inflama y enrojece esa membrana, hablamos de conjuntivitis.
Hongos, bacterias y sobre todo virus, pueden afectar esa membrana del ojo. Y debe saberse que de un ojo pasa a otro, por lo que siempre es bilateral y normalmente, muy contagiosa. El primer síntoma lo conocemos todos. Una mañana, al despertar, los ojos o uno de ellos, aparecen pegados. Hay una secreción que los ha pegado durante la noche. El ojo está enrojecido, legañoso, hinchado. Una indicación que suelen hacer los oftalmólogos: no debe poner pomadas o colirios, de momento. Es bueno lavarlos con un poco de agua tibia -cuanto más mejor-; pero no se deben echar gotas ni pomadas de ningún tipo porque entre otras cosas puede enmascarar la realidad de la infección. Acuda a un especialista para saber si se trata de una auténtica conjuntivitis o de otro problema. (Estamos hablando de ojos y recuerde aquella frase de la Campaña de Protección Ocular: dos ojos para toda la vida). Tiene fácil solución cuando se trata de infección, especialmente si se hace un cultivo para ver cuál es el agente causal.
En verano
En esta época son especialmente frecuentes dos tipos de conjuntivitis: las de tipo alérgico y las de contagio por piscinas.
Si el polen o los ácaros del polvo irritan las mucosas, como las nasales o bronquiales, no hacen una excepción con los ojos. La manifestación es conocida y el alivio rápido cuando se lavan y cuando se aleja el agente causal.
Las de las piscinas son más complejas, porque en muchos casos están producidas por virus (adenovirus) que no se destruyen con el cloro desinfectante. El ojo irritado sufre lagrimeo, picor y fotofobia grande (intolerancia a la luz). Pero puede aparecer también fiebre y desde luego se pueden palpar los ganglios de debajo de las orejas inflamados Los síntomas desaparecen pasados unos días, porque al tratarse de virus, los antibióticos no tienen efectividad.
Otro tipo de conjuntivitis de piscina es la causada por la clamidia, que afecta a los dos ojos de forma aguda y purulenta. Si se pudiera dar la vuelta al párpado se vería como una siembra granulosa. En muchos casos, las conjuntivitis se manifiestan también con abundante secreción purulenta.
Hay que tener en cuenta que se pueden producir también conjuntivitis no por agentes infecciosos propiamente dichos, sino por la irritación que originan los desinfectantes. De todos es conocido el enrojecimiento de los ojos cuando se abren en una piscina con mucho cloro. La diferencia se observa en poco tiempo, ya que la producida por estos agentes químicos suele ser una simple irritación y no una infección.
Consejos útiles
-
No debe tocarse los ojos. Debe extremar la limpieza de las manos antes de tocarlos. Utilice pañuelos de papel suave.
-
Nunca se medique por su cuenta. Consulte, porque un ojo enrojecido puede no ser una conjuntivitis y hay tratamientos que podrían perjudicarle.
- Hay quien aconseja limón. No lo haga. Le puede irritar, producirle muchas molestias sin conseguir ningún efecto curativo.
-
Limpie los ojos con agua hervida por las mañanas y cuantas veces sea necesario durante el día.
-
Ponga a hervir agua con manzanilla y cuélela, y lave los ojos perfectamente por lo menos 4 veces al día.
Atención a gotas y pomadas
Sólo unas palabras sobre colirios -gotas- y pomadas. Es la forma de aplicación mas común para los ojos. Hay gotas que permiten instilar en el propio ojo el medicamento adecuado, sea antibiótico, sea antiinflamatorio o sea anestésico.
Lo que si debe saberse es que el fármaco penetra a través de la mucosa, y pasa a la sangre. Es frecuente que al poco tiempo de poner las gotas incluso se note un sabor extraño.
En cuanto a colirios debe tenerse muy en cuenta que NO se puede tocar el extremo del cuentagotas, ya que entonces podemos depositar gérmenes que lleguen después al ojo.
- Es importante conocer la fecha de caducidad. Casi todos los colirios caducan al mes de su apertura.
-
No conviene abusar de los colirios estéticos. En el fondo pueden acabar irritando el ojo.
- En la aplicación tanto de pomadas como de colirios, cuanto menos tiempo se tenga abierto el tubo o el frasco, mejor.
- El extremo del envase, para depositar la gota o la pomada NO DEBE NUNCA TOCAR EL OJO.