Vamos a ver en muchas publicaciones consejos acerca de la piel y el sol. Y pocas veces se insiste en que los ojos también pueden sufrir y que necesitan en estas fechas de especial luminosidad una particular protección. La luz, el sol, la sal del mar o el cloro de las piscinas puede afectarlos. El ojo para proteger la retina tiene una absorción selectiva (solo llega la radiación visible y una pequeña parte de infrarrojos). Las radiaciones son acumulativas y una larga exposición puede lesionar de manera irreversible la zona central de la retina, lo que se conoce como degeneración macular senil.
Además hay una serie de circunstancias que pueden potenciar el efecto de las radiaciones: tomar medicamentos fotosensibles, antidepresivos, barbitúricos o salicilatos…Debemos proteger los ojos. Y con unas gafas homologadas que filtren las radiaciones ultravioleta. Porque si no, unas gafas con cristales oscuros pueden ser mucho más nocivas que si no lleváramos protección alguna. Cómo oscurece el entorno, la mecánica del ojo hace que se dilate la pupila y entonces hay una mayor incidencia de las radiaciones. Con unas gafas sin garantía, el sol daña más que si no pusiéramos gafas. Y un dato: de los catorce millones de gafas de sol que se venden al año en la península casi 9 millones se comercializan en el “top manta”.
Conjuntivitis
Además de las manifestaciones alérgicas, son muy frecuentes las que se contagian en las piscinas. El ojo irritado sufre lagrimeo, picor e intolerancia a la luz. Incluso puede aparecer fiebre. Desaparece en pocos días y recuerde que al ser un virus, los antibióticos no tienen efectividad.
También puede afectar la clamidia, que afecta a los dos ojos de forma aguda y purulenta. Si se pudiera dar la vuelta al párpado se vería como una siembra granulosa. En muchos casos, las conjuntivitis se manifiestan también con abundante secreción purulenta.
Y hay que tener en cuenta que se puede producir conjuntivitis por la irritación que origina el cloro de las piscinas, cuando abrimos los ojos en el agua.
Consejos útiles:
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No debe tocarse los ojos.
- Debe extremar la limpieza de las manos antes de tocarlos.
- Utilice pañuelos de papel suave.
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Nunca se medique por su cuenta.
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Consulte, porque un ojo enrojecido puede no ser una conjuntivitis y hay tratamientos que podrían perjudicarle.
- Hay quien aconseja limón; no lo haga; le puede irritar y producirle muchas molestias sin conseguir ningún efecto curativo.
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Limpie los ojos con agua hervida por las mañanas y cuantas veces sea necesario durante el día.
- Ponga a hervir agua con manzanilla y cuélela, y lave los ojos perfectamente por lo menos 4 veces al día.
Los niños
No tenemos la costumbre de proteger los ojos de los niños. Y también sufren. Hay además ya una gama de gafas infantiles lo suficientemente amplia como para elegir las convenientes. Las hay muy resistentes y que disponen de medios para que no se les caigan.
La otitis del nadador
La otitis es una infección del oído que afecta cada año a más de 800.000 españoles de los que, por lo menos, la mitad se sitúan entre los 12 y los 29 años. Y tiene una importante incidencia entre la población infantil.
Su origen puede estar en el cerumen, sobre todo cuando una parte de esa cera protectora se disuelve por la entrada de agua tras un baño prolongado. Si el agua contiene algún tipo de hongo, como puede ocurrir en una piscina sin demasiada higiene sobreviene la infección. Suele ser la llamada otitis del nadador. Hongos y bacterias son los causantes, aunque más las bacterias sobre todo en esta época. Porque pueden entrar con el agua en el oído, y porque con la temperatura convierten ese agua interna en un espléndido caldo de cultivo bacteriano.
Atención a la garganta
La mayoría de casos se sitúa en el oído medio y por regla general se produce por una infección de agentes que llegan desde la garganta hasta el oído, a través de la trompa de Eustaquio. Puede tener una curación espontánea o pasar a supurar. Y es que la infección segrega una sustancia purulenta. Pero claro, como la salida del oído está guardada por el tímpano y la trompa de Eustaquio está cerrada por la inflamación, esa sustancia no puede salir. El oído, entonces, se hincha. El líquido acaba rompiendo la membrana y saliendo al exterior.
Fiebre y dolor pronunciado son los síntomas más claros. Debe acudirse a un especialista porque si no se trata bien puede dejar secuelas -zumbido de oídos o sordera.
La causa más frecuente de la otitis externa está en ambientes cuyo denominador común es el agua: humedad / agua / piscinas / playa. Los antibióticos tópicos son el tratamiento que los médicos dicen utilizar con mayor frecuencia. La gran mayoría opina que las gotas actuales reúnen óptimas condiciones. El carácter general de la otitis es leve aunque hay algunos tipos que pueden ser graves y excepcionalmente muy graves.