Ramón Sánchez-Ocaña
Opinión

¿Cuándo puedo reanudar mi vida sexual tras un infarto?

Ramón Sánchez-Ocaña

Martes 17 de marzo de 2020

ACTUALIZADO : Martes 17 de marzo de 2020 a las 9:42 H

3 minutos

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Martes 17 de marzo de 2020

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Pildoras

 

Tras sufrir un infarto de miocardio o un problema cardiaco, no son pocos los pacientes que se preguntan cuándo pueden reanudar su vida sexual o si puede correr algún riesgo.

En principio, y según todos los especialistas, habría que decir que ese riesgo no existe. Entre otras cosas porque el paciente que ha sufrido algún problema cardiaco tiene revisiones frecuentes y entre los exámenes que se le prescriben esta la llamada 'prueba de esfuerzo', en la que el cardiópata ha de correr sobre una cinta mientras esta monitorizado para comprobar su frecuencia cardiaca y su situación. Los especialistas sostienen que esa prueba demanda del enfermo un esfuerzo muy superior al que le exigiría el acto sexual.

En una conferencia, el cardiólogo, Dr Andrés Novales, ofreció unos datos llamativos. “Los casos de fallecimiento durante el acto sexual ocurren en un porcentaje muy bajo. En un estudio sobre 5.559 casos de muerte repentina por causas no traumáticas, sólo 34 de ellos eran por motivos cardiológicos y se produjeron durante el coito. Es necesario destacar que en 27 de esas 34 relaciones, la persona fallecida estaba realizando el acto sexual con una pareja distinta de la habitual. Indudablemente, factores 'externos' influyeron de forma significativa en el desenlace (nerviosismo, mayor excitación, sentimientos de culpa, necesidad de quedar bien, etc.)”.

La prueba de esfuerzo es un baremo que los cardiólogos tienen muy presente. Y como decimos, el esfuerzo es superior al que se realiza en el acto sexual. El miedo a que la tensión provoque un accidente cardiaco debe descartarse si asumimos que el “trabajo” muscular es comparable al que se realiza al subir dos pisos.

¿Y cuando? Según la conferencia del Dr. Javier Andrés Novales, el momento idóneo debe ser tras un entrenamiento físico y psicológico progresivo. “Así se aprende a detectar cuáles son las respuestas físicas del cuerpo después de un esfuerzo. Desde un punto de vista psicológico, el entrenamiento llevará al paciente a reconocer cuáles son sus relaciones emocionales nocivas y cómo controlar estas últimas a través de métodos de respiración y relajación”.

Una de las causas de la disfunción erectil podría ser no ya la enfermedad cardiaca en si, sino los fármacos que para controlar los factores de riesgo, se le prescriben al enfermo. Por lo menos la cuarta parte de impotencias se deben a esta causa, porque los medicamentos que se utilizan para enfermedades sistémicas, (antihipertensivos, vasodilatadores, tónicos cardiacos o antidepresivos) afectan de manera casi determinante a la función eréctil. La digoxina, por ejemplo, un medicamento para el corazón, multiplica por 4 la posibilidad de padecer impotencia.

Pero como dice el refrán, el miedo es libre. Y es posible que si el 20 por 100 de todas las impotencias se deben a causas psicológicas, más en este caso, cuando es el propio paciente quien teme el esfuerzo y entonces es posible que la disfunción se convierta en frigidez, en desinterés, en una palabra. El miedo puede.

En este caso, la visita al psicólogo puede llevar a la solución. Y como sostiene Javier Andrés Novales “Si usted es capaz de subir dos pisos de escaleras sin tener dolor en el pecho o fatiga excesiva, será capaz, desde el punto de vista físico, de mantener relaciones sexuales plenas. En líneas generales, puede reanudarse a las dos semanas del alta hospitalaria, pero consulte siempre con su médico.”

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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