![Ramón Sánchez-Ocaña Ramón Sánchez-Ocaña](https://www.65ymas.com/uploads/s1/12/41/31/2/ramon-sanchez-ocana.jpeg)
Lunes 16 de septiembre de 2019
2 minutos
Para la OMS son personas con buena salud aquellas que no tienen problemas de movilidad, de visión, de oído, que no sufren dolores y que carecen de problemas mentales.
España ocuparía en esta estadística el quinto lugar entre los 191 países del mundo. Eso quiere decir que un español que nazca hoy va a vivir estadísticamente casi 73 años con salud. Dicho de otra manera: los españoles vivimos con salud hasta los 70 años si somos hombres y hasta los 76 si somos mujeres.
Los países que están sobre nosotros en la lista son Japón, Australia, Francia y Suecia. En Japón se viven dos años más que aquí y en Australia uno y medio. En Francia y Suecia, uno más que nosotros.
Por el lado opuesto están, como por desgracia es fácil suponer, diez países africanos, en donde por término medio no se superan los 35 años de vida con salud. Y llama la atención que Sierra Leona, que ocupa el último lugar, tiene una esperanza de vida sana que no llega a los 26 años.
Estados Unidos figura en el lugar 24 debido a las enormes desigualdades que hay en el país. Según la OMS, un americano muere antes y pasa más tiempo enfermo que cualquier otra persona de un país industrializado.
Y en este baremo hay que constatar que ellas viven más, pero peor. En España, los últimos seis años de vida van a estar marcados por enfermedades crónicas. Aunque el infarto de miocardio es ligeramente más frecuente en el hombre, la angina de pecho es más frecuente en la mujer. La tasa de depresión entre mujeres es dos veces más elevada que en los hombres.
También la artrosis es más prevalente en ellas, sobre todo a partir de los 55 años. De los 17 millones de personas que padecen artrosis en Europa Occidental, el 75 por 100 son mujeres. Y se puede calcular que del total de la población que sufre artritis, un 72 por 100 son mujeres.
En muchos casos, el aumento en los años de vida es a costa de invalidez. Por eso ahora, cuando tenemos derecho personal a elegir la opción terapéutica, es cuando más crudamente se plantea la disyuntiva que encabeza estas líneas. Hasta ahora no teníamos oportunidad de decidir sobre nuestro destino. Ese es el problema: decidir si preferimos vivir bien o vivir mucho. En otras palabras: si estamos dispuestos al sacrificio que implican los años con enfermedad. Es un punto para meditar.