![Ramón Sánchez-Ocaña Ramón Sánchez-Ocaña](https://www.65ymas.com/uploads/s1/12/41/31/2/ramon-sanchez-ocana.jpeg)
Lunes 1 de marzo de 2021
2 minutos
![Píldoras Píldoras](/uploads/s1/51/96/02/pildoras.jpeg)
La frecuencia de los problemas ginecológicos imponen las revisiones periódicas como el sistema preventivo más eficaz. La mayoría de las afecciones graves relacionadas con los órganos reproductivos femeninos suelen ser de progresión lenta, sin síntomas exteriores. Y solo una buena revisión por parte del ginecólogo puede alertar de la situación para tomar medidas cuando todavía se está a tiempo.
¿Y cuándo debe hacerse la primera visita? Parece claro que un buen momento es al comienzo de la adolescencia, cuando la mujer tiene la primera regla; y no porque haya problemas concretos, sino porque la muchacha puede acudir con su madre, en un clima de confianza y puede ir conociendo al especialista (hombre o mujer) que va a cuidar de su salud ginecológica durante muchos años.
Por supuesto, la compañía ha de ser voluntaria, ya que al hacer la historia clínica –obligada en la primera visita– es posible que quiera saber algunos aspectos que atañen a la intimidad de quien consulta. El médico preguntará no solo el motivo de la visita, sino no también sobre la actividad sexual, o sobre distintos hábitos que quizá quiera comunicar sin la presencia de testigos.
Hay quien aconseja acudir a la primera revisión a partir del momento de iniciar las relaciones sexuales. En todo caso, una vez establecido el primer contacto, la visita al ginecólogo debe hacerse siempre que haya un problema o sospecha de él. Si hay alteraciones menstruales, si se observa algún cambio en las mamas, si hay alguna situación anormal o alguna preocupación. Porque hay algo importante por encima de cuidar puntualmente la salud. Y es establecer esa relación de confianza indispensable para que la visita al ginecólogo sea un espacio de comunicación real, en el que tanto el médico como la paciente puedan vigilar de común acuerdo las distintas circunstancias.
Será la primera regla, después el inicio de las relaciones sexuales; mas tarde, si hay embarazo, el cuidado de toda la gestación y el parto; los sistemas anticonceptivos, si opta por ello; la menopausia y después la vigilancia precisa para el bienestar de los últimos años. Una biografía clínica. Por eso, no lo dude: la visita es la mejor prevención.