Fátima Villar Puerto
Fátima Villar Puerto, Vicepresidenta Gerontológica Sociedad Andaluza de Geriatría y Gerontología.
… saber más sobre el autorSábado 11 de mayo de 2024
ACTUALIZADO : Jueves 16 de mayo de 2024 a las 11:50 H
2 minutos
Sábado 11 de mayo de 2024
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Sentirse solo, un sentimiento tan actual en nuestra sociedad y que sufren niños, adultos y personas mayores. La soledad es la verdadera pandemia de nuestro siglo, considerada un problema de salud pública por la OMS cuya consecuencia se manifiesta en un empeoramiento del estado de salud de quienes la sufren.
No es lo mismo vivir la vida en solitario que sufrir soledad. Lo primero es una opción personal de vida, lo segundo viene impuesto y es causa de un aislamiento social no deseado con importantes consecuencias a nivel físico y cognitivo.
Aproximadamente el 40% de las personas mayores de 65 años en nuestro país dicen “sentirse solos”. Cada vez son más las personas mayores que, a pesar de gozar de una buena salud y un buen poder adquisitivo, se sienten solos… la soledad no entiende de clases sociales. No olvidemos que no hay peor soledad que la que se siente estando acompañado, no hay nada más duro que sentirse aislado, cuestionado y, en cierta manera, despojado de tu propia autonomía por tu propia familia o profesionales que, en su afán de protegerlos, deciden por ellos. Los mayores demandan compañía, respeto y reconocimiento ya que, a pesar de que en muchas ocasiones tienen sus capacidades físicas o sensoriales mermadas, son capaces de sentir, decidir y realizar todo aquello que se propongan. No les robemos su autonomía.
Aquellos que tenemos la suerte de aún poder disfrutar de nuestros mayores intentamos cuidarlos, mimarlos y darles todo aquello que creemos que pueden necesitar. Todo es poco para ellos porque ellos, como hemos escuchado tantas veces, “lo merecen todo”, pero quizás olvidamos ir más allá de lo que a simple vista se ve o nos demandan ¿Nos hemos preguntado cuál es el mejor regalo que podríamos hacer a los mayores? Reflexionemos, seguramente algo material ha sido la respuesta. Enorme error, para los mayores no hay mejor regalo que darles un poquito de nuestro tiempo. Sí, tiempo, eso que en nuestra frenética vida nos falta. Nuestros mayores necesitan que los escuchemos, abracemos y acariciemos, que les hagamos sentir que “siempre cuentan”, que son dueños de sus vidas y un pilar fundamental en las nuestras.
No convirtamos la soledad en un tema “tabú”, ajeno a nosotros. Todos, profesionales y familiares, estamos llamados a concienciar y motivar a la sociedad para que sea más resiliente y empática con nuestros mayores. Regalémosles tiempo, respeto y cariño.