Ocho de cada diez españoles tiene dolor de espalda. Y el mayor grupo de riesgo es la población entre 30 y 50 años. Es la primera causa de dolor en nuestro país y el segundo motivo de consulta.
Excepto los niños, nadie se libra de él. Y aunque tradicionalmente la principal víctima era el ama de casa, ahora, por cuestiones laborales es también el varón quien lo acusa casi a diario. Porque cada vez más personas trabajan ante la pantalla de un ordenador. Y esto nos lleva, en muchos casos, a adoptar posturas inadecuadas. Debemos aprender a sentarnos y a colocarnos ante la pantalla. No permitimos que los respaldos de los asientos cumplan su función; es decir que sirvan de apoyo. Prácticamente todos los que trabajamos ante una mesa, solemos inclinarnos hacia adelante, sin apoyar la espalda. Y el respaldo no es un adorno.
Debemos vigilar la forma de sentarnos. Hacerlo lo más atrás posible en la silla y mantener el respaldo recto. Mantener la espalda relativamente recta y los brazos o codos apoyados.
Cambiar de postura frecuentemente e intentar levantarse cada 45-60 minutos (aunque sólo sea para dar unos pasos). Si se va a estar leyendo mucho tiempo seguido, usar un atril.
Al usar un ordenador de manera prolongada, colocar la pantalla frente a los ojos y a la altura de la cabeza.
El ama de casa, por las peculiaridades de su trabajo debe estar vigilante a las posturas que adopta. No hacer la cama inclinándose, si no flexionando las rodillas. Y procurar que todo esté a la altura conveniente. Las tablas de planchar suelen estar más bajas de lo debido, forzando a una inclinación de la espalda.
¿Y no es absurdo estar inclinada simplemente porque el mango de la escoba o de la fregona es demasiado corto?
Los lavabos y fregaderos están por norma general a unos 78 centímetros de altura. Y deberían estar por lo menos a 94 con el fin de no forzar las posturas.
Cuando haya que hacer algo de pie, busque un taburete para apoyar una pierna y cambie de vez en cuando la pierna de apoyo.
Las mesas de trabajo suelen comprarse por estética o por precio, pero casi nunca por higiene postural. Una mesa de trabajo correcta debe disponer de un asiento con respaldo de modo que la mitad de la espalda tenga apoyo. Los pies deben estar en el suelo y la mesa a la altura de los codos.
La obesidad implica siempre una sobrecarga mecánica. Y recuerde que una buena musculatura en el tronco es la mejor fórmula para conseguir una columna bien estabilizada.
Mitos que desterrar
Todos tenemos asumido que si sentimos dolor, el movimiento va a empeorar la situación. "Y no es verdad", nos explica la fisioterapeuta Carmen Bando; e insiste en que el movimiento es vida. Que puede doler, pero que hay que hacerlo, poco a poco, de manera progresiva; es esencial para la recuperación.
Siempre se dijo que cuando una articulación duele es que pide reposo. Y Bando responde tajante: pide cuidado y atención, que no es necesariamente reposo. Tampoco es aconsejable acudir continuamente al escáner para buscar la causa del dolor. Nosotros, dice Bando y muchos traumatólogos lo certifican, conocemos muchas hernias discales que NO producen el más mínimo dolor. Y sin embargo, si el paciente conoce que hay una hernia, cualquier dolor lo achacará a ella y se desentenderá del tratamiento. Contra el dolor de espalda, concluye, movimiento e higiene postural.