Muchas madres saben que los pescados y las verduras deberían estar en la dieta de sus hijos; pero que es difícil que las coman a gusto . Hay que dedicarse a ello , y pensar que es una asignatura que recordarán –y agradecerán- toda la vida. Sobre todo, si la enseñanza es divertida. Y puede serlo si un día, con tiempo –y con bastante paciencia– se les acompaña a que sean ellos mismos los que decidan qué quieren comer, cómo, y de qué manera. Así que dispóngase a la aventura.
Primer paso: llevarlos al mercado. Donde quieran. Que vean esa admirable exposición de verduras, de frutas, de pescados, de carnes… Usted debe prepararse la lección: explicarles, por ejemplo alguna curiosidad de los espárragos o de las endibias, que vean los dientes de la merluza, o la enorme cabeza del rape... Y que ellos elijan.
Hablamos de la comida, no del entretenimiento comestible. Por tanto, no van a pretender atiborrarse de ganchitos, patatas, y etcéteras. Que propongan un primer plato, (usted puede inducirles hacia la pasta con tomate). Que el tomate sea natural y que lo cojan ellos mismos. Y aproveche para decir que tienen que aumentar el consumo de verduras. Y explíqueles que es necesario comer pasta, pan, cereales, arroz, porque son hidratos de carbono que la digestión transforma en azúcares para darnos la energía que necesitamos. De paso señale que por eso no es preciso comer azúcar directamente. Después plantee el segundo plato. Como normalmente es de carne, pida que esta vez sea de pescado. Nuestros hijos comen pocas verduras y poco pescado, así que aproveche. Hábleles de que las verduras son un concentrado de vitaminas, imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo, que nos ayudan a tener mejor piel, mejores huesos, mejor visión. Y además que tienen muchas sales minerales que son tan importantes como las vitaminas.
Y elija un pescado que sea cómodo de comer (si tiene espinas, que sean fáciles de quitar). O pida algún trozo elegido de pescado congelado que tiene los mismos nutrientes que el fresco. Y aproveche para explicarles que pescado, carne y huevos son la principal fuente de proteínas, necesarias para su crecimiento. Explíqueles que las proteínas son los ladrillos del cuerpo y que van a formar sus células, sus tejidos y sus músculos. Que hay proteínas de origen animal, que son mejores, pero no únicas, porque hay otras, también buenas que nos las proporcionan las legumbres, por ejemplo. De paso, puede indicarles que además de proteínas e hidratos de carbono, el otro gran componente de la dieta son las grasas. Que son imprescindibles, pero que cuanta menos, mejor. Son energía concentrada, y el vehículo de muchas vitaminas. Por si fuera poco, dan a los alimentos una textura más agradable.
Menú del día: espárragos, comidos a mano; pescado rebozado y una fruta. Y de paso, lección de nutrición. Para que cuando sean mayores no tengan que pagar la factura de problemas degenerativos. Recuerde lo que decía Pitágoras: "Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres.”