

Para charlar mientras tomamos café
Ramón Sánchez-OcañaJueves 22 de agosto de 2019
2 minutos

Jueves 22 de agosto de 2019
2 minutos
Habrá quien, acostumbrado, dice que le gusta el sabor del café. Sin embargo ese amargor acaba siendo satisfactorio no por el gusto en si, sino por el aroma y por la cafeína. Por cierto: hay más de 60 plantas que contienen cafeína. Y aunque parezca mentira es la misma sustancia que contiene el te, aunque en principio, la del te se llamo teína. Es excitante pese a que todos conocemos a gente que toma café antes de acostarse y duerme como un bendito. Es que esta acostumbrado. Pero en sí , es un estimulante, cuyos efectos dependen del hábito y de la sensibilidad de cada uno. Prueba de ello es que no se aconseja cuando se están tomando antidepresivos o barbitúricos.
Una de las cuestiones mas debatidas es si crea dependencia o no. Parece que sí, aunque los síntomas de abstinencia son menores. Si alguien habituado se ve privado de café sentirá al cabo de unas horas cierto cansancio, apatía, desgana y somnolencia. A la semana, esos síntomas desaparecen.
En lo que no hay ningún acuerdo es en por qué habitualmente se toma después de comer. No hay razón que apoye que es bueno para la digestión, aunque puede beneficiar que sea una bebida caliente.
¿Es una droga? Pues aunque no nos lo creamos, la cafeína retrasa la sensación de cansancio en pruebas de resistencia. Y en los test antidoping del Comité Olímpico Internacional se comprueba la cantidad de cafeína: la dosis máxima autorizada es la correspondiente a ocho tazas de café...
En cuanto a los efectos sobre el cerebro, debe decirse que el café no estimula ni la memoria ni la capacidad intelectual. Pero al disminuir la fatiga, se tiene la sensación de rendir mas. Pero si uno se excede -a partir de 6 tazas diarias- los efectos se invierten y el rendimiento decae.
Las embarazadas deben limitarlo. Tomar demasiado café puede afectar el crecimiento del feto. Y desde luego, una vez nacido el niño si la madre le da de mamar, no debe tomar café ya que puede pasar al niño a través de la leche y producirle una ansiedad y una excitación que no le conviene...