Oriol Fuertes
Opinión

La tecnología en los cuidados domiciliarios: hacia un modelo humano y sostenible

Oriol Fuertes

Lunes 25 de noviembre de 2024

3 minutos

Claves del nuevo modelo de cuidados: domotización de viviendas, accesibilidad y asistencia personal

Lunes 25 de noviembre de 2024

3 minutos

En los últimos años, la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, transformando sectores tan variados como la educación, el comercio o la salud. Sin embargo, el sector de la atención domiciliaria, dedicado al cuidado de personas en sus hogares, había sido hasta los últimos dos años un ámbito en el que la tecnología no había tenido un papel central. No obstante, estamos viviendo un momento de cambio, en el que la tecnología ha comenzado a ser una parte fundamental e integral de este sector y, en el que los próximos años, seremos testigos de una transformación que ya está mejorando la calidad de vida de quienes necesitan cuidados y de quienes los proporcionan.

En Qida, por ejemplo, hemos experimentado cómo la tecnología ha ayudado a automatizar muchos de los procesos que antes se hacían manualmente. Tradicionalmente, encontrar el cuidador o cuidadora ideal para una persona implicaba muchos esfuerzos en entrevistas, valoración de experiencias y adecuación de horarios, todo en busca de la combinación perfecta que respondiera a las necesidades de quien recibe el cuidado. Hoy, gracias a algoritmos avanzados, podemos hacer que este proceso sea mucho más preciso y eficiente, permitiendo un 'matching' óptimo entre la persona cuidadora y la persona usuaria. Estos algoritmos no solo consideran factores sanitarios o físicos, sino también las necesidades sociales y emocionales de las personas, facilitando una relación de cuidado más personalizada y empática. Por supuesto, siempre son validados por un humano y en ningún caso se actúa como plataforma, sino que se selecciona uno a uno cada profesional.

Mirando al futuro, la inteligencia artificial (IA) presenta una oportunidad aún mayor para el sector. Debemos pensar que la IA no es una amenaza, sino una herramienta más que, si se usa de forma adecuada, puede seguir facilitando y agilizando tareas difíciles. Nos permitirá seguir optimizando procesos complejos, como la planificación de cuidados, la detección temprana de necesidades adicionales o el seguimiento de la evolución de las personas usuarias. Todo esto, a su vez, permitirá que las personas cuidadoras dediquen su tiempo y energía en fortalecer la relación de confianza y empatía con las personas a las que atienden.

Asimismo, la robótica comienza a abrirse camino en este ámbito y, aunque para algunos puede parecer algo lejano o incluso amenazante, debemos creer que los robots serán un complemento en la atención domiciliaria, no un sustituto de las personas cuidadoras. Las tareas físicas más arduas, como levantar a una persona de la cama o ayudarla a moverse en momentos de poca movilidad, podrían en el futuro ser realizadas en parte por robots. Esto permitirá que las personas cuidadoras se enfoquen en el apoyo emocional y en las necesidades relacionales que solo un ser humano puede ofrecer. La robotización no tiene por qué ser un riesgo, sino una ayuda para mejorar el bienestar de quienes cuidan y de quienes son cuidados. 

Con todo, este avance de la tecnología en el sector de los cuidados domiciliarios también plantea preguntas éticas profundas. Es crucial que definamos de forma clara qué es ético y qué no lo es en el uso de estas herramientas, especialmente en un ámbito tan sensible como el cuidado de personas. La tecnología debe siempre estar al servicio de las personas, facilitando el trabajo y mejorando la experiencia de cuidado sin sustituir jamás la conexión humana que solo una persona puede brindar.

Finalmente, debemos recordar la importancia de adaptarnos a los tiempos. La tecnología seguirá avanzando y en nuestras manos está usarla con sabiduría para que sea siempre una aliada en el camino de los cuidados domiciliarios. La verdadera innovación es aquella que no pierde de vista la esencia humana, esa capacidad de empatizar, de conectar y de acompañar que ningún robot o algoritmo puede replicar. En Qida, estamos convencidos de que el futuro de los cuidados domiciliarios será más tecnológico, sí, pero sin perder nunca de vista el lado humano que hace que el cuidado sea verdaderamente valioso.

Sobre el autor:

Oriol Fuertes

Oriol Fuertes

Oriol Fuertes es CEO y fundador de Qida. Ha dedicado gran parte de su vida profesional al mundo de la consultoría relacionado con el sector de la salud. Durante más de 10 años, ha trabajado en McKinsey & Company, asesorando a gobiernos europeos en su estrategia sanitaria y a la industria MedTech en su estrategia comercial internacional.

Además, a lo largo de su trayectoria profesional, también ha trabajado en la Secretaría General de Sanidad de la Generalitat de Cataluña, en el mandato de Boi Ruiz como consejero de dicho departamento.

Actualmente, también es miembro del Consejo Asesor del Programa de Atención Integrada de Cataluña (PAISS), miembro de la Unió Catalana d'Hospitals y, recientemente, ha entrado a formar parte de la comunidad internacional de emprendedores de alto impacto Endeavor.

 

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