Cuando Octavio Paz recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, comenzó así su discurso: “Si diera rienda suelta a mis sentimientos, mis palabras serían un interminable párrafo de acción de gracias”. Yo sí quiero dar rienda suelta a mis sentimientos, a todos mis sentimientos, porque hoy, 18 de febrero, es un día para hacerlo en este periódico. Hoy, este diario 65ymas.com cumple cinco años, 1.825 días tratando de cumplir lo que se propuso cuando nació: ser la voz de los mayores.
Ese objetivo propuesto es mucho más que un eslogan. Es incluso mucho más que una definición. Supone, en nuestro caso, confesar una vocación profesional y empresarial: 65ymas.com ha nacido para servir a una generación de españoles que tenían razones para sentirse marginados o ignorados, a veces maltratados y casi siempre poco escuchados –cuando no manipulados– en el panorama informativo nacional. Y en estos cinco años, día tras día, contenido tras contenido, palabra tras palabra, hemos tratado de ser útiles a esa generación.
Hemos estado en cada una de las reivindicaciones del sector sénior con una sola condición: que fuesen justas y, por tanto, defendibles. Hemos acompañado a los mayores en su demanda de pensiones públicas mejores y garantizadas. Hemos luchado contra ese enemigo instalado en las entrañas de la sociedad que se llama edadismo, con resultados que empiezan a ser esperanzadores. Hemos abanderado, con líderes civiles como Carlos San Juan, la reclamación de dignidad en el trato a quienes más han dado a la banca durante toda su vida y estaban siendo tratados con frialdad inhumana o abandono en la España que se despuebla de gentes y de servicios. Hemos sido el aguijón para que se dejara de cobrar algo tan injusto como una comisión por recibir dinero en efectivo en ventanilla. Hemos contribuido a que se dé prioridad a los mayores, como mandan desde tiempo inmemorial las más elementales normas de urbanidad. Hemos colaborado activamente para que se deje de considerar a los mayores solo como dependientes necesitados de apoyo externo y se reconozca y valore su valiosísima aportación de talento, experiencia y creatividad. Hemos propiciado que se hable de la economía sénior como una realidad visible y constructiva, denunciando la marginación a la que la condenaban –y todavía siguen condenando– las marcas comerciales y sus promociones. Hemos presentado a los mayores como salvación del turismo en las etapas que no son de playa y sol. Etcétera, etcétera, etcétera.
Repasados los contenidos periodísticos de estos 1.825 días y los cambios producidos en la opinión pública, este cronista suele decir que “hay un antes y un después de 65ymás”. Y no me arrepiento de esa frase, por triunfalista que suene. En el “antes” había ese tópico de la silueta de los mayores en blanco y negro, tan bien retratados en logos de entidades financieras y otros servicios: una figura encorvada, apoyada en un bastón, que solo inspiraba compasión porque era el retrato de su inutilidad social. En el “después” hemos conseguido que esos logos hayan empezado a ser borrados, que el sénior sea contemplado, efectivamente, como un valor humano con iniciativa y alta capacidad de consumo y que los demás medios informativos se abran a la nueva realidad con noticias, reportajes o entrevistas. El sénior ha empezado a dejar de ser un estorbo social o una carga para el Estado. Y quiso el destino que ese cambio esté coincidiendo con otra gozosa realidad: el aumento de la esperanza de vida. La pandemia del Covid intentó cortarla, pero no pudo: hoy, veinte mil españoles y españolas superan ya los cien años de edad. Empezó un tiempo nuevo y nos llena de orgullo. Al especializarnos en la narración y la interpretación de esos acontecimientos, como medio informativo nos sentimos no solo testigos, sino actores de la última revolución social, que todavía no tiene nombre oficial, pero sí apuntes como “la revolución de las canas”.Llámese como se llame, estamos hablando de una revolución; la única revolución pacífica en un mundo convulso.
Quiero añadir que todo esto lo hizo un grupo de profesionales unidos por su vocación de servicio: un grupo de periodistas que, capitaneados por Ana Bedia, han demostrado una extraordinaria sensibilidad, han sabido mantener la tensión informativa y hoy cada uno de ellos (y ellas) son sinónimo de prestigio y credibilidad; un grupo de ejecutivos que, bajo la sabia batuta de Paco Valle, han sabido arriesgar y construir una empresa informativa en un mercado complejo y en un tiempo difícil en el que, por no faltar, no faltó ni una pandemia; una selección de sabios que aceptaron formar parte activa de los Comités de Expertos y constituyen un lujo de aportación de talento; una participación directa de las Asociaciones de Mayores, Jubilados y Pensionistas que a su vez representan a 6.000 asociaciones locales y nos hicieron desde el primer momento dos valiosísimos regalos: el imprescindible regalo del aliento para salir al mercado porque nos necesitaban y el de la representatividad, de la que son titulares.
Para todos ellos, el interminable párrafo de gratitud de que hablaba Octavio Paz. Para ustedes, los cinco millones de usuarios únicos de 65ymas.com; los casi trescientos mil suscriptores; las diez mil personas que escriben cada año a la directora, el mismo testimonio de gratitud y la renovación del compromiso de seguir dedicando nuestros esfuerzos al ideal con el que hemos nacido: ser la voz de los mayores. Es decir, ser sus defensores frente a las injusticias, sus altavoces frente a los silencios, los voceros de sus demandas, los valedores de sus intereses.
Sobre el autor:
Fernando Ónega
Fernando Ónega, presidente del diario 65ymas.com, es un cronista imprescindible desde los primeros tiempos de la transición. Una voz escuchada y respetada por su rigor y su neutralidad.
Fue director de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de buena parte de sus discursos.
Ha trabajado en distintos medios escritos y televisiones. En la radio, inauguró el comentario político en mayo de 1978, en el programa “Hora 25” de la Cadena SER. Después ha sido director de informativos de la Cadena SER y de la Cadena COPE, además de director general de Onda Cero. En esta misma emisora, colaboró con Luis del Olmo durante 17 años, con Carlos Herrera y, desde abril de 2015 a septiembre de 2022, colaboró en los programas “Más de uno”, con dos comentarios políticos diarios, y en La Brújula, con una carta también diaria.
En prensa escrita publicó su primer trabajo a los 13 años en “La Noche” de Santiago de Compostela. Dos años después firmaba una página semanal y hacía entrevistas en “El Progreso” de Lugo. Dirigió el diario “Ya”, fundó el confidencial y la agencia “Off the record” (“OTR Press) y en los últimos tiempos ha sido columnista de “La Vanguardia y “La Voz de Galicia”.
En televisión, fue director de varios programas en TVE, así como director de relaciones externas de la cadena pública. También ha presentado los espacios informativos de Telecinco y Antena 3 y colaboró como contertulio en varios programas de debate.
Autor de diversos libros entre los que destacan “El termómetro de la vida”, “Puedo prometer y prometo”, “Juan Carlos I”, “Qué nos ha pasado, España”.
En 2020 recibió su tercer Premio Ondas, en este caso a la trayectoria o mejor labor profesional. El jurado reconoció "su fecunda carrera en la radio, tanto en su faceta directiva como ante el micrófono, desarrollada en las principales cadenas". "Fue pionero de la incorporación de los espacios de opinión en la radio, y sigue todavía hoy aportando una mirada ponderada sobre la actualidad", destacó.
A lo largo de su trayectoria también ha recibido otros galardones, como el Premio Godó, varias Antenas de Oro y Micrófonos de Oro, aunque él presume de otros reconocimientos: por ejemplo, la Medalla Castelao de Galicia o los nombramientos como Hijo Predilecto de Pol, o Hijo Adoptivo de Lalín y de la Provincia de León.