¿Tiene motivos el mercado de trabajo español para temer a la inteligencia artificial?
Juan Manuel Sánchez Quinzá-TorrojaMiércoles 19 de junio de 2024
5 minutos
Miércoles 19 de junio de 2024
5 minutos
Actualmente la Inteligencia Artificial (IA) está produciendo un fuerte impacto en la economía y en el mercado del trabajo, como se puede apreciar en actuaciones de la vida cotidiana como una compra personalizada online o la ayuda doméstica de un robot optimizado. Aunque todavía se encuentra en estado incipiente, en poco tiempo transformará la manera de trabajar en muchos sectores económicos.
Por otra parte, está poniendo en primer plano aspectos como la mejora en la eficiencia tanto para las empresas como para los trabajadores que se benefician de esta tecnología, el temor que provoca en otros trabajadores que temen perder sus empleos al ver cómo se automatizan trabajos que realizan diariamente, y el surgimiento de cuestiones éticas relacionadas con su utilización (lo que ha llevado a la UE a aprobar la Ley Europea de Inteligencia Artificial).
Desde 1765 hasta hoy se han producido cinco revoluciones tecnológicas. La primera revolución industrial tuvo lugar en ese año e implantó los procesos de mecanización apoyados en la utilización del carbón como fuente energética, y la invención de la máquina de vapor, lo cual transformó la economía al pasar de la agrarización a la industrialización. La segunda revolución industrial (1870) giró en torno al descubrimiento de la electricidad, el gas y el petróleo como fuentes energéticas, siendo la invención del motor de combustión, la utilización del acero y de los productos químicos, y los avances tecnológicos como la invención del telégrafo, el teléfono, y del automóvil, determinantes en esta revolución. La tercera revolución industrial y tecnológica (1969) puso en escena la energía nuclear y electrónica. La cuarta revolución tecnológica (2000) introdujo las energías renovables (solar, eólica, y geotérmica) y la tecnología digital (Internet).
Actualmente nos encontramos inmersos en la quinta revolución tecnológica impulsada por la IA, especialmente desde el año 2022 con la IA generativa, que marca un salto cualitativo en este tipo de tecnología debido a su capacidad para comprender y procesar el lenguaje humano, aunque su verdadero impacto está aún por llegar dado que su adopción es aún limitada.
En todas estas revoluciones tecnológicas habidas en los dos últimos siglos han surgido las preocupaciones por su impacto sobre el empleo. Sin embargo, a lo largo de las mismas se han mantenido e incluso aumentado los niveles de empleo, el crecimiento económico, y los niveles de bienestar.
¿Qué es y cómo funciona la IA?
La IA es la simulación de la inteligencia humana mediante la creación de algoritmos (conjunto de instrucciones definidas, ordenadas y acotadas para resolver un problema, realizar un cálculo, o desarrollar una tarea) capaces de ejecutar tareas simples o complejas que realizan las personas.
Se basa en la idea de que una máquina puede programarse para imitar la forma en que un ser humano piensa y actúa. Su funcionamiento a través de algoritmos y sistemas informáticos permite que una máquina o dispositivo aprenda de los datos y mejore su rendimiento a medida que se expone a más información.
El avance más reciente es la IA generativa que es un tipo de IA que puede crear ideas y contenidos nuevos como conversaciones, historias, imágenes, videos, o música. La IA generativa ha marcado un salto cualitativo para comprender y procesar el lenguaje humano.
Los efectos de la IA en el mercado del trabajo
Según un estudio realizado por la consultora RANDSTAD RESEARCH los efectos de la IA en el mercado laboral español pueden ser de cuatro tipos:
AUTOMATIZACIÓN: son empleos con alta probabilidad de ser sustituidos por la IA. Según este estudio en torno al 10% de los empleos actuales (2 millones) estarían en riesgo de verse automatizados estando a la cabeza las ramas de actividad Administrativas y servicios auxiliares (18%), Telecomunicaciones (18%), Programación y consultoría (18%), Servicios Financieros (16%), Actividades inmobiliarias (15%), y Seguros y fondos de pensiones (15%).
AUMENTOS DE PRODUCTIVIDAD: son empleos que podrían utilizar la IA de forma complementaria y, por tanto, incrementar los niveles de productividad de sus trabajadores. Un 16% de los empleos actuales (3,25 millones) podrían beneficiarse de la IA y ver incrementada su productividad. Aquí estarían las ramas de actividad Programación y consultoría (40%), Seguros y fondos de pensiones (37%), los Servicios Financieros (36%), Medios y publicaciones (33%), Actividades profesionales, científicas, y técnicas (27%), y Telecomunicaciones (25%).
POCO O NULO EFECTO: son empleos que no se verán afectados en los próximos años por la IA. Son el resto de los empleos actuales (15,2 millones), prácticamente 3 de cada 4 empleos en los que no se esperan efectos significativos. Es el caso de sectores como el Primario (agricultura, ganadería, pesca y economía forestal) (91%), Construcción (85%), Actividades industriales (82%), o el Sector Público (82%). Este conjunto de actividades productivas mantendrá por encima del 80% sus labores, sin una alteración significativa a consecuencia de la expansión de la IA.
CREACIÓN DE EMPLEOS NUEVOS: serán empleos que se crearán como consecuencia de la expansión de la IA. Los sectores en los que se espera un mayor efecto, en términos porcentuales, son Programación y consultoría (35% de nuevos empleos) y Telecomunicaciones (25%) Y hasta un total de diez sectores (Medios y publicaciones, Actividades profesionales, científicas, y técnicas, Servicios Financieros, Educación, Actividades relacionadas con el empleo, Actividades de alquiler, Actividades inmobiliarias, y Seguros y fondos de pensiones) experimentaran el surgimiento de nuevas ocupaciones en una proporción superior al 10% del empleo actual en dichos sectores.
Conclusión
Aunque el empleo se va a ver afectado por la expansión de la IA sus efectos finales dependerán, además de otros factores, de la demanda laboral o de la preparación de los trabajadores. A medida que la IA se vaya expandiendo tendrá que producirse una reconfiguración de las competencias y las habilidades necesarias en el ámbito laboral. Las competencias relacionadas con la IA se volverán cada vez más importantes para la empleabilidad y la adaptación al cambio tecnológico.
Como consecuencia de la expansión de la IA en los procesos productivos se producirán cambios significativos en la ocupación de la mayoría de los sectores de la economía española con mayor o menor intensidad. Dependiendo de la rama de actividad, el saldo neto de los efectos descritos dará lugar a un aumento o descenso del empleo, pero como ha ocurrido a lo largo de los dos últimos siglos, la innovación tecnológica que introducirá la IA mantendrá e incluso aumentará a nivel global los niveles de empleo con el consiguiente aumento del bienestar para la sociedad, todo ello sin olvidar las cuestiones éticas que esta tecnología puede plantear y que requerirá la actuación de los poderes públicos, como ya se ha comenzado a hacer.