Por fortuna, el nacimiento de hijos de famosas y las consiguientes apariciones en los medios de la madre amamantando a su bebe, es una promoción llena plausible.
A la lactancia se le pueden poner muchos adjetivos, pero basta uno: es el alimento natural que corresponde al ser humano como mamífero que es. Y tiene enormes ventajas. La leche materna, hay que reconocerlo así, es el único alimento completo que existe en la naturaleza, aunque sea solo para una temporada. Y todos los especialistas sostienen que habría que fomentarla, como una de las bases para una mejor salud. Por eso, aquella frase de estímulo con la que encabezamos estas líneas: ¡tómatelo a pecho!
Hay que ser conscientes de que cuando el niño nace su proceso de formación no ha terminado todavía. No puede comer lo que los adultos y, sin embargo, tiene que crecer a una velocidad impresionante. Un recién nacido aumenta de peso un gramo por hora durante el primer año de vida. Y su cerebro, 2 gramos por día. Y para lograrlo debe contar con la garantía de que recibe las proteínas, minerales, hidratos de carbono y grasas necesarias, además de las defensas oportunas para que las reciba en y con salud. Es verdad que los nutrientes podrían llegar desde otras fuentes. Pero nunca las defensas que el niño necesita.
Por si fuera poco, cuando la madre da de mamar no solo proporciona alimento: le da al niño y el niño sabe recibirlo, mimo, ternura, abrazo, protección, cariño... Y, claro, con la leche, da al niño inmunoglobulinas, defensas que le van a proteger por lo menos durante los tres primeros meses de virus, bacterias, toxinas y muchas reacciones alérgicas. Está demostrado que los niños alimentados por su madre tienen menor incidencia de asma, por ejemplo.
Suele olvidarse también un detalle importante, la leche va cambiando su composición, según mama el niño. La secreción láctea de la madre comienza por el calostro tras el parto. Al principio parece solo agua coloreada. Sin embargo tiene más albúmina y más sales minerales que la leche; tiene aproximadamente la misma concentración de grasas, pero es mucho más pobre en lactosa. Contiene provitamina A que el organismo del bebé va a transformar en la autentica vitamina y aporta también vitamina E. Y algo curiosísimo: la leche materna va cambiando de composición a lo largo de la toma de manera que completa la alimentación. En los primero minutos, cuando el niño se pone a mamar la leche tiene menos grasa, como si fuera preparando su organismo para recibir después, en los últimos minutos, leche más consistente.
Las ventajas de la lactancia
Las ventajas de la lactancia son muchas. La primera que se puede destacar es la recuperación de la madre. Pero es que además, no necesita preparación previa, no hay que hervirla y está siempre a la temperatura adecuada; no tiene gérmenes ni agentes patógenos porque va directamente del pezón a la boca y contiene las sustancias que van a proteger al niño contra muchos agentes infecciosos. Evita reacciones alérgicas y el niño no corre el riesgo de estar sobrealimentado.
Y si la madre no tiene suficiente leche, ya sabe que los pediatras aconsejan poner de todos modos, el niño al pecho; porque en cuanto el niño succiona, la madre va a segregar una hormona, la prolactina, que va a lograr que se produzca más leche. De manera que se establece un círculo perfecto: Cuanto más chupe el niño, más prolactina y a más prolactina, más leche.
Y eso sí, no fume. En un litro de leche de mujer fumadora hay por lo menos medio miligramo de nicotina que, lógicamente, pasa al bebe. (También debe vigilar la dieta porque hay alimentos que dan un sabor distinto a la leche. Por ejemplo, los espárragos).