UDP reclama la erradicación de la desigualdad de género en todas las edades
Martes 8 de marzo de 2022
6 minutos
Martes 8 de marzo de 2022
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Un año más, la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (@MayoresUDP) nos sumamos a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer para visibilizar los derechos sociales, económicos y humanos de las mujeres - especialmente los de las Mujeres Mayores.
Es un día para recordar y reivindicar la necesidad de mejorar los derechos de las mujeres en todas las etapas de su vida, sin olvidarlas durante la vejez, para no dejar a ninguna atrás. Para acompañarlas, sin paternalismos y defender unos derechos que no se acaban por el simple hecho de cumplir años.
Hoy, pedimos una mayor escucha a las Mujeres Mayores, sobre cómo quieren envejecer, dónde y con quien. Contar con ellas y con su voz, en toda su diversidad. Creemos firmemente que reconocer las aportaciones de las Mujeres Mayores en nuestra sociedad, es una oportunidad que debe ser aprovechada para el desarrollo de su vida activa, para proporcionarles una mayor seguridad y un pleno ejercicio de sus derechos.
Nuestro granito de arena en la construcción de una sociedad más justa y equitativa, de forma activa dentro de nuestra Confederación de personas mayores, pensionistas y jubiladas y nuestra firme responsabilidad con la Igualdad de género, nos ha llevado a la puesta en marcha del I Plan de Igualdad.
Con este nuevo Plan, desde UDP nos comprometemos a fomentar el liderazgo de las mujeres, la sororidad y la autoestima, contribuyendo de esa manera al empoderamiento personal y colectivo de las mujeres –en especial, aquellas de edades más avanzadas–.
Somos de este modo, dentro del colectivo de Personas Mayores, pensionistas y/o jubiladas, una entidad pionera en la puesta en marcha de un plan de igualdad integral y transversal que de algún modo trasciende a la propia organización.
Es una realidad que las mujeres y los hombres envejecemos de manera diferente, que el curso vital, las situaciones que vivimos unas y otros a medida que envejecemos son similares en unos aspectos y muy diferentes en otros, que también existen diferencias en los recursos económicos y sociales de los que disponemos hombres y mujeres, incluso en el uso diferente que hacemos de los servicios y recursos públicos, así como representación y participación social en espacio público. Por ello, es necesario impulsar estrategias y políticas de envejecimiento activo, salud , prevención de género y atención a personas mayores, en las que la igualdad de género sea transversal.
Hemos conseguido muchos logros a través de los últimos años pero aún quedan otros muchos pendientes de la igualdad de género, de respeto, de la no vulnerabilidad y del NO al maltrato y violencia que todavía se sufre con virulencia en nuestros días. Y sobre todo después de los tiempos duros y dramáticos que nos ha tocado vivir en los que la mujer ha tenido un papel fundamental.
No olvidamos que miles de personas han fallecido a causa de la pandemia de la Covid-19, entre ellas alrededor de 35.670 personas mayores que vivían en residencias. Muchas eran mujeres mayores a las que se negó la asistencia sanitaria.
En nuestro recuerdo, todas ellas y sus familiares. La Justicia debe depurar responsabilidades con el objetivo de garantizar la calidad de la atención en las residencias y los derechos de las personas mayores, asegurar una adecuada reparación del daño causado a los familiares, así como garantizar que esto NO pueda repetirse en el futuro.
Tampoco olvidamos a las mujeres que como trabajadoras esenciales durante la etapa más dura de la pandemia han seguido –y siguen– atendiendo a nuestro colectivo (sanitarias, cuidadoras, profesionales de atención a domicilio y personal de residencias y centros de día) cuya economía, lamentablemente sigue siendo precaria. Una situación que si no cambia, las convertirá en futuras pensionistas precarias.
Para acabar con la brecha de género en las pensiones, nuestros representantes políticos también tienen que apostar por la eliminación de la brecha salarial entre hombres y mujeres durante su etapa laboral. Pero también por adoptar más medidas de conciliación profesional y laboral, porque todo ello, sin duda, supondrá una mejora y avance en las pensiones de las futuras pensionistas.
Desde UDP reclamamos acabar con la desigualdad de género en las pensiones, mejorando las pensiones de invalidez y viudedad, el cobro del 100% de la pensión, en caso de viudedad. Igualando las pensiones más bajas al salario mínimo, así como la no penalización de la jubilación, tras 40 años cotizados, así como el reconocimiento del trabajo en el hogar ante la Seguridad Social. Y todo ello, blindando las pensiones públicas en nuestra constitución como derecho fundamental. No permitiendo su privatización e impidiendo la pérdida de poder adquisitivo. Ello blindará especialmente el acceso a una pensión digna de muchas mujeres en nuestro país.
Exigimos un nuevo modelo de cuidado que supere el papel tradicional de la familia y básicamente de la mujer como cuidadora y que apueste por la igualdad de género en los cuidados. Para romper con la feminización de los cuidados, hay que seguir educando y formando a jóvenes y adultos en valores de igualdad, eliminando los estereotipos y edadismo que rodean al colectivo de las personas mayores. En este sentido, reivindicamos el cumplimiento de la Ley de Dependencia, hoy mal aplicada y olvidada.
Sin duda vivimos tiempos convulsos. Con el estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, tampoco debemos olvidar que mucha de la población civil en Ucrania son hombres y mujeres mayores, cuya vulnerabilidad y riesgos particulares se intensifican, como bien ha puesto de manifiesto la investigación llevada a cabo por HelpAge en Ucrania. No pueden huir de los conflictos y se quedan solas, sin su familia o su comunidad más amplia. Están aisladas, sin seres queridos y sin apoyo, incluido el acceso a medicamentos y alimentos. Las personas mayores pueden encontrarse especialmente expuestas cuando estalla la violencia, ya que pueden tener más dificultades para refugiarse del peligro.
Hoy más que nunca creemos necesario y urgente que se apruebe una convención de Naciones Unidas que promueva y garantice los derechos de las personas mayores, en toda su diversidad. Un mundo mejor para las personas mayores es un mundo mejor para todas y todos.
La defensa de los derechos de las mujeres y la erradicación de la desigualdad de género nos concierne a todas las personas. Está también en nuestra mano, desde nuestras entidades y asociaciones de Personas Mayores, pensionistas y/o jubiladas, en nuestro día a día asociativo, a través de procedimientos transversales de fomento de la igualdad de género y oportunidades, que trascienden a todo el conjunto de la Organización.
Os animamos a que os unáis a nosotras y participéis en la celebración de un día tan señalado.