A partir del siglo XX, con las vanguardias en el arte que lo caracterizan, se abre un camino hacia la expresión de la subjetividad como nunca antes se había conocido.
Este proceso expresivo coincide con el fenómeno demográfico de una población cada vez más longeva a nivel planetario, con excepción de buena parte de África. Estamos ya en este siglo XXI en un tiempo en el que por primera vez hay tantos longevos en el mundo.
La valoración de la subjetividad se alinea con expresiones muy diversas en el arte. Los artistas dicen: "Yo veo así el mundo y así lo manifiesto". Lo hacen con intenciones de exhibición y, en casos, provocativas. No se muestran solo en museos y galerías de arte –si se trata de música o danza en salas para conciertos y teatros– sino en espacios abiertos a todo público (arte callejero) y en los propios cuerpos (body art).
Se muestra aquí, como ejemplo, una obra pictórica del expresionismo alemán en el que su autor, Ernst Kirchner, manifiesta su sentir devastado por las dolorosas situaciones de la Primera Guerra Mundial, recluyéndose en un remoto lugar de los Alpes.
¿De qué manera la expresión de subjetividad que ello comporta favorece a una población de mayores tan numerosa?
Las circunstancias vividas y una gran cantidad de experiencias vinculares puede enriquecer considerablemente a un sujeto humano que ha transitado por muchos momentos de cambio y adaptación. Ha ejercitado sus posibilidades de elección y decisión, tiene mayor conciencia de la apertura que ello trae a su vida y también de la interconexión con otros que supone
La pulsión de transmisión se ve en muchas ocasiones incrementada ante la conciencia de que la vida se acabará pronto. Ello aumenta también el deseo de vivirla intensamente y con mayor placer, no tan exigida por las obligaciones del trabajo, la crianza de los hijos y la subsistencia en general como fue en la mediana edad.
Sabemos que la pobreza económica y la mala salud son enemigos del bienestar, pero también podemos afirmar que para buena parte de mayores la posibilidad de elegir con libertad su camino, de seguir vinculándose y recreando mundo puede ser fuente de alegría e innovación. Tanto el poder de decisión como la creatividad son genuinas expresiones de subjetividad.
Sobre el autor:
Carmen de Grado
Carmen de Grado es Licenciada en Psicología, Máster en Psicogerontología, ex docente en la Universidad Maimónides de Buenos Aires (Argentina) y actualmente en el Instituto Iberoamericano de Ciencias del Envejecimiento (INICIEN).