Hoy quiero poner el acento en la diversidad. En lo diferente. En lo especial. En aquello que nos diferencia a las personas. Eso, que en definitiva hace más plural, más rica y diversa nuestra sociedad.
Sin duda, en estos días parece más que necesario la celebración de fechas como el Día Mundial del Síndrome de Down, celebrado el pasado jueves 21 de marzo, que nos debe refrescar la memoria a todas y sobre todo, a aquellas personas generadoras de opinión pública, aquellas cuya voz recorren las ondas, aquellas cuyas plumas impregnan los periódicos y cuyas voces se oyen en tertulias de televisión, o cuya música es referente para miles de personas. Hablamos de la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotoras del bienestar y de la diversidad de sus comunidades.
Hay voces que aluden al sobrecoste en la atención sanitaria de las personas con discapacidad intelectual, por ejemplo, como excusa necia para reflejar la falacia de que solo aquellas personas trabajadoras, saludables y con todas las capacidades son dignas de aportar a nuestra sociedad.
Nada nuevo, al colectivo de personas mayores como al resto de colectivos considerados como “dependientes”, en muchas ocasiones se nos ha vapuleado con la excusa de ser una carga para la sociedad, sin importar nuestra experiencia y nuestras aportaciones a nuestras familias o a nuestras comunidades. En nuestro caso, una vez saltamos a la jubilación, pasamos al club de los ciudadanos y ciudadanas de segunda. Afortunadamente cada vez son menos las voces que lo afirman. Quizá porque al final, esas mismas voces se jubilan y envejecen.
Sin duda, en lo que llevamos de año hemos presenciado escenas que han evidenciado lo peor y lo mejor del ser humano, de nuestra sociedad. Hace poco contemplábamos con estupor las descalificaciones y vejaciones de un conocido periodista sobre las personas con síndrome de Down, y una lista posterior de “personajes” apoyándolo, entre los que se encontraban profesionales que hasta ahora creíamos merecedores de reconocimiento y respeto . Pero a la vez, también hemos visto cómo el mundo del cine y la cultura ha convertido en la ganadora de los Goya a la mejor película a Campeones, de Javier Fesser y a Jesús Vidal, uno de sus protagonistas como mejor actor revelación, quien con su emocionante discurso ha conmovido a todo un país, dando una maravillosa lección a todas aquellas voces que rechazan y no terminan de entender y aceptar la inclusión.
El premio de Campeones no solo es el del Goya, el premio también es que han consiguiendo acercar a muchas personas a la realidad de la discapacidad intelectual, personas a las que este mundo les parecía lejano e invisible, y lo han conseguido empatizando con generosidad y humor. Me quedo con las acertadas palabras de Javier Fesser: “Hoy hablamos de personas con capacidades diferentes. Mejor aún: hablamos de campeones”.
Asimismo, en este año electoral, las personas con discapacidad intelectual han conseguido un logro histórico: van a poder ejercer su derecho a votar en las próximas elecciones, un derecho del que carecían hasta ahora.
Un gran paso, no solo para ellas, sino también para el conjunto de la sociedad. Un reflejo de que la mayoría del país apuesta por la inclusión y quiere derribar las diferencias entre ciudadanos de primera, con plenos derechos, y ciudadanos de segunda, con derechos vetados.
Y es que tener derecho al voto, es un paso más hacia su derecho a la libertad de tomar sus propias decisiones, poniendo el acento en la autonomía e independencia individual. Todas las personas deben tener la oportunidad de disfrutar de vidas plenas.
Por supuesto que en estas reivindicaciones no podemos olvidar las voces de entidades sin ánimo de lucro como Plena Inclusión, como Cermi, COCEMFE o Down España, entre otras. Voces del Tercer Sector que con su labor y trabajo consiguen una sociedad más igualitaria e inclusiva.
El camino por el que avanza nuestra sociedad es diverso y las personas que caminamos por él, diferentes. Lo que nos une son nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas de una sociedad en constante cambio. La diferencia suma, no excluye.
Paca Tricio, Presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP) y secretaria de la Plataforma de ONG de Acción Social (POAS). Además preside el Comité Asesor de 65Ymás.