Javier Anula
Consejos
¿Alérgico a la lana? Opciones contra el picor
Javier Anula
Foto: Big Stock
Viernes 7 de octubre de 2022
ACTUALIZADO : Viernes 7 de octubre de 2022 a las 13:53 H
6 minutos
Las mejoras alternativas para evitar reacciones alérgicas causadas por este tejido
En épocas de frío, pocas prendas son tan útiles como las de lana. Este tejido se convierte en un gran aliado para combatir las bajas temperaturas. La lana es un tejido natural que tiene la particularidad de calentarse y desprender mucho calor, por lo que es ideal durante estos días.
Sin embargo, para algunas personas puede que no sea la mejor opción porque han comprobado que, después de usar un jersey de lana, se les irrita la piel, presentan secreción nasal o incluso ojos llorosos. Muchas asocian estos síntomas con alergia a la lana, un problema real pero que en realidad es poco común y que muchas veces no lo es.
La reacción de una persona alérgica a la lana cuando entra en contacto directo con la misma no se limita a un picor. Puede incluir urticaria, enrojecimiento de la piel y en algunos casos hasta puede provocar problemas respiratorios.
¿La lana es un alérgeno?
En un estudio realizado por un extenso grupo de alergólogos, inmunólogos y dermatólogos, los expertos revisaron los últimos 100 años de investigación y evaluaron las afirmaciones que dicen que la lana causa alergia. El resultado de esta exhaustiva revisión fueron un tanto sorprendentes: no se encontró ninguna evidencia de que la lana sea un alérgeno.
Según los investigadores, cualquier posible irritación provocada por la lana se debe a las fibras gruesas que sobresalen del tejido, en lugar de una alergia a la fibra misma, que provocaba una ligera erosión en la piel. En realidad, las fibras de lana superfinas o ultrafinas provocan una irritación cutánea mínima o nula.
El caso de la intolerancia a la lana (que no es lo mismo que alergia) es más común en aquellas personas que tienen una constitución atópica, una piel más seca y más alergias respiratorias. En estos casos, la piel se puede volver hiperreactiva en contacto tanto con etiquetas de la ropa como del tejido, que puede producir una sensación de cosquilleo o picor.
Otros estudios han identificado un componente específico de este tejido, la lanolina, que puede ser la causa de la incomodidad de muchas personas al usar prendas de lana. Así pues, las reacciones alérgicas no son necesariamente a causa de la exposición a la lana en sí sino a los ácaros de polvo, los tintes o incluso los productos químicos de limpieza que pueden haberse usado en la fabricación del hilo.
Por lo tanto, aunque muchas personas creen que son alérgicas a la lana, este material, en su estado más puro y natural, no suele provocar alergias. Lo que sí puede suceder que la textura de este tejido provoque irritaciones que pueden confundirse con una alergia.
¿Qué ropa usar para evitar alergias?
La ropa es confeccionada por tejidos de fibras naturales o sintéticas. Asimismo, se utilizan colorantes, químicos y otros productos en su fabricación. Es decir, hay varios elementos que pueden causar reacciones alérgicas o una intolerancia en el cuerpo, por lo que es necesario tomar en cuenta algunas consideraciones.
Lo más recomendable es que la ropa interior, la de cama y, en general, toda la que entra en contacto con la piel, sea de algodón. Además, en el caso de que se sufra dermatitis atópica, es importante evitar los tejidos de lana y fibra sintética, advierte la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).
Debemos prestar atención al material con el que está producida la prenda para evitar alergias. Lo cierto es que existen algunas telas o materiales cuya probabilidad de causar molestias es mayor. Por lo general, se recomienda el uso de tejidos 100% naturales como algodón, seda, lino... Asimismo, la ropa de tonos claros, sin teñir, causa menos alergias.
Con respecto a los materiales sintéticos, como el nylon y la lycra, no son aconsejables en la ropa interior. A diferencia del algodón transpirable, suelen mantener la humedad y el calor haciéndote más vulnerable a infecciones por hongos en las zonas íntimas.
También podemos probar con la cachemira, que es una lana de pelo de cabra mucho más suave y ligera. Su precio es más alto pero la calidad y el confort quizás lo merezcan. Es una de las fibras más preciadas del mundo, sobre todo para hacer bufandas y jerseys. Además, puede ser hasta tres veces más aislante que la lana de oveja.
Por último, hay lanas que no pican, como por ejemplo la lana merina. Esta es tan suave que puede llevarse en contacto directo con la piel sin mayor problema y, además, es muy apreciada para la confección de prendas de bebé.