La secadora, si bien no es un electrodoméstico que está presente en todos los hogares, resulta de gran utilidad para simplificar las tareas del hogar, sobre todo cuando se cuenta con poco espacio para tender, el tiempo no acompaña o nos encontramos en lugares muy húmedos que complican el proceso de secado. Pero hay que tener en cuenta algunos aspectos para utilizar este aparato correctamente y que su uso no resulte contraproducente.
Por lo general, una secadora actual con bomba de calor resulta bastante eficiente y ponerla un par de veces a la semana solo supone un gasto eléctrico de unos 5 euros al mes, según indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que señala algunos aspectos que debemos recordar antes de utilizarla para conseguir un buen secado.
Y es que, aunque podemos ahorrar mucho tiempo, espacio y esfuerzo a la hora de secar la ropa si contamos con una secadora, un mal uso puede hacer queperdamos dinero al generar un gasto energético innecesario, estropeemos la ropa o el propio electrodoméstico. Algunos de los errores más habituales que solemos cometer tienen que ver con: no centrifugar bien la ropa, no introducir de forma adecuada la ropa en la secadora, mezclar diferentes tipos de ropa, no utilizar el programa adecuado, introducir ropa que no debemos, sobrecargar la secadora o no mantener en buen estado el aparato.
En este sentido, una de las cosas más importantes es mirar previamente las etiquetas de las prendas que vayamos a introducir, ya que un programa inadecuado o una temperatura demasiado alta puede dañar la ropa. En ellas encontraremos un símbolo de secado: si está tachado, significará que la prenda no es apta para la secadora; si aparecen dentro unos puntos, indicará la temperatura máxima a la que debes secar la ropa (un punto, temperatura baja; dos puntos, temperatura intermedia; tres puntos, temperatura alta).
Si no encontramos información sobre la temperatura, tendremos que mirar la composición del tejido, ya que las secadoras cuentan con programas específicos para diferentes tipos de prendas, así podremos escoger el adecuado. Por otro lado, hay que tener cuidado con las prendas con bordados de cuentas, abalorios, lentejuelas o pedrería, o prendas delicadas como encajes o sedas finas, ya que podrían deformarse o dañarse con el calor o el roce, así como con las prendas de lana y algodón, pues a ser fibras, es fácil que encojan y se apelmacen.
Si no es posible leer la etiqueta, desde la OCU (@consumidores) han recopilado la temperatura a la que conviene secar los tejidos más habituales:
Seda: a una temperatura inferior a 30°.
Algodón: a una temperatura inferior a 70º.
Poliéster o fibras sintéticas: a una temperatura inferior a 50º durante poco tiempo.
Lana: lo recomendable es secar estas prendas al aire, pero si tenemos que utilizar la secadora, lo mejor será a una temperatura baja y durante poco tiempo.
Prendas debebé: a una temperatura media durante un corto periodo de tiempo.
Edredones: a una temperatura media para no dañar el relleno.
Formas de secar la ropa sin secadora
Si no contamos con secadora en casa, hay diferentes formas para secar la ropa que pueden ser igual de útiles:
Secador de pelo: primero tendremos que escurrir bien la prenda para eliminar el exceso de agua y colgarla para poder utilizar cómodamente el secador. No olvides ajustar también en este caso la temperatura del secador en función de cada prenda, y mantenerte a una distancia prudente para no dañarla.
Una toalla grande: la extenderemos para colocar la prenda bien estirada sobre ella, y después enrollar la toalla y retorcerla, así podremos escurrir gran parte del agua.
Una plancha: es una opción parecida a la del secador de pelo. También es recomendable escurrir la prenda para eliminar el exceso de agua y colocar, además, una toalla debajo de la prenda para que atrape el vapor y la humedad, y no usar temperaturas altas. Para evitar dejar marcas, lo mejor será pasar la plancha con cuidado y no demasiado rápido.
Un tendedero eléctrico: la diferencia con los tradicionales es que van enchufados a la red y dan calor a las barras, lo que acelera el secado. Resulta eficaz con las prendas pequeñas, aunque no tanto con las grandes.
Un tendedero en el interior de la casa: es la forma más económica y sostenible de secar la ropa. Si no podemos tenderla en el exterior, podemos aprovecharnos de la calefacción de la casa para que la ropa se seque más rápido, aunque no es recomendable colocar la ropa directamente sobre el radiador. Colócalo en lugares de la habitación donde haya menos humedad y haya mejor ventilación
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.