Jueves 2 de septiembre de 2021
ACTUALIZADO : Jueves 2 de septiembre de 2021 a las 9:37 H
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Septiembre está a la vuelta de la esquina y eso significa que, para la mayoría de los españoles, las vacaciones llegan a su fin. Algunos estarán deseando regresar al hogar para retomar la rutina, pero, muchos niños, adultos y personas mayores no quieren que llegue este momento después de haber disfrutado del buen tiempo y la ausencia del estrés compartiendo tiempo con los suyos. En concreto, la Sociedad Española de Neurología (@seneurologia) explica que el síndrome postvacacional suele afectar a los abuelos que se han involucrado mucho en el cuidado de sus nietos durante el verano, un periodo en el que los pequeños cuentan con más vacaciones que sus padres y la mayoría de progenitores optan por dejarlos con los mayores.
Varios estudios señalan que pasar tanto tiempo con los nietos aporta muchos beneficios a los mayores, entre los que destacan una menor predisposición a sufrir una depresión, ayuda a prevenir la demencia y a que se sientan más jóvenes e, incluso, aumenta su esperanza de vida. A esto le sumamos los fuertes lazos y vínculos emocionales que se crean entre los abuelos y nietos (o hijos) en la época estival.
Lo cierto es que el retorno a lo cotidiano también implica tener que enfrentarse a un sentimiento de soledad.
El director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, David Curto, nos da una serie de consejos para evitar el bajo estado anímico después de las vacaciones.
Para empezar, recibe septiembre con optimismo. Vamos a darle un enfoque positivo a la palabra 'rutina' porque regresar a ella no tiene porqué ser malo. Por ejemplo, podemos recuperar los horarios y actividades que nos transmiten seguridad y la calma de saber lo que toca hacer en cada momento y facilita oder respetar los hábitos saludables a la hora de las comidas.
Y, por otra parte, la bajada de las temperaturas hace que por fin podemos dormir plácidamente y no pasar las noches dando vueltas por el calor sin poder conciliar el sueño.
Un buen método para que 'el golpe' no sea tan duro, es adelantar un par de días la vuelta a las vacaciones para ir adaptándonos poco a poco. No tengas prisa y retoma tus hábitos con la calma que necesites, recuperando el ritmo paulatinamente.
Si no sueles hacer ejercicio, quizá sea hora de empezar. Practicar deporte ayuda a liberar endorfina y así evitar el estado de tristeza. Igualmente, está comprobado que las actividades físico-deportivas no solo producen una mejora cognitiva, sino que evitan el sedentarismo y la inmovilidad y por lo tanto evita la aparición de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, diabetes, artrosis, o la obesidad.
Además de todo eso, practicar deporte favorece la interacción social, lo que significa que es un buen remedio para la soledad. Caminar, hacer yoga, el golf y el ciclismo son algunos deportes recomendados para personas mayores.
A veces, estamos tan acostumbrados a seguir un plan establecido en nuestro día a día que no concebimos la posibilidad de que, quizá, nuestra rutina requiera algún cambio. Por ejemplo, puedes incorporar nuevos hábitos que hayas adquirido durante el verano.
Si ninguna de las anteriores te ha convencido, en los momentos en que pienses que se te hace cuesta arriba y al recordar los buenos momentos del verano te invada la nostalgia, coge el calendario, busca destinos y planifica la próxima escapada. Siempre nos podemos ilusionar organizando futuros viajes de fin de semana, puentes o, incluso, del siguiente verano, para esperar con los brazos abiertos nuevas experiencias que están por llegar con nuestros seres queridos.
