Con una nueva ola de calor disparando los termómetros y que se prevé que se prolongue hasta, al menos, el viernes, buscamos cualquier forma de aliviar un poco estas altas temperaturas que se situarán hasta 15 grados centígrados (ºC) por encima de los valores normales para la época, superando los 44ºC en buena parte de la mitad sur del país, según avisaba la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
Conseguir refrescarnos se convierte en el principal objetivo estos días, ya sea a través de la comida, pasando el día en la playa o la piscina, dándonos baños o haciendo uso de algún aparato de ventilación. Para aquellos que lo tienen, resulta casi imposible no echar mano del aire acondicionado durante los días más calurosos del verano, o decidirse por comprar uno.
El tema económico es algo que puede llegar a preocupar más en estas situaciones, en las que damos un mayor uso a estos aparatos, sin embargo, hay algunos trucos que puedes seguir para reducir el consumo y evitar que la factura se dispare.
Cómo ahorrar con el aire acondicionado
Invertir en un aire acondicionado con una elevada eficiencia energética (las etiquetas energéticas A+++ o la A++ son las más eficientes) nos permitirá contribuir a ese ahorro, así como escoger aquellos que incluyan un modo de ahorro energético, lo cual podría reducir la factura hasta en un 30%, según indicaba la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU (@consumidores).
Ajustar adecuadamente la temperatura también es un punto a tener en cuenta, y es que ajustar el termostato a una temperatura demasiado baja no hará que enfríe más rápido, en cambio, sí provocará un mayor consumo energético, así como un encendido y apagado intermitente. Lo más recomendable es establecer una temperatura que no difiera en más de 5ºC del exterior, entre 24 y 26 grados sería lo adecuado, así tampoco resultará perjudicial para la salud.
Escoger un buen lugar para colocar el aparato nos ayudará a mantener las habitaciones que queramos ventilar más frescas. Lo mejor será encontrar las zonas más altas de la habitación, donde haya una buena ventilación y un desagüe cerca, con acceso sencillo por si es necesario realizar alguna reparación o tarea de mantenimiento. La cocina o los pasillos, así como los lugares cercanos a corrientes de aire o fuentes calor, serán los peores para situarlos.
Recuerda que el aire acondicionado no sustituye la ventilación, por lo que será necesario ventilar la habitación de vez en cuando, siempre cuando no esté en funcionamiento el aparato. Podemos aprovechar las horas de menos calor, como la noche, para refrescar la estancia de forma natural. Si lo hacemos así, incluso podremos ahorrarnos las horas que pueda pasar encendido mientras dormimos.
Tampoco hay que olvidar su mantenimiento ni limpieza para su correcto funcionamiento, asegurándonos de que no hay obstrucciones por agentes externos que puedan perjudicar la salud. En concreto, se recomienda realizarla al menos una vez al año.
Por último, el aislamiento de la vivienda resulta crucial para evitar el calor y ahorrar así en el uso del aire acondicionado. Las persianas, los toldos, las cortinas o los materiales que utilicemos nos ayudarán en este sentido. También podemos regar el suelo para refrescar el ambiente o utilizar algunas alternativas al aire acondicionado, como el ventilador.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.