Los problemas relacionados con el suelo pélvico afectan al 25% de las mujeres mayores de 40 años y siempre han sido un tema tabú, debido a la dificultad de confesar sus síntomas, entre los que están la incontinencia de orina y/o gases o el dolor durante las relaciones sexuales. Aún hay pacientes que se encuentran incómodos a la hora de hablar sobre el tema, tal y como señalan algunos expertos. A pesar de ello, estos útlimos años se ha visibilizado más los trastornos gracias, en parte, a los mensajes publicitarios que incitan a normalizarlos, así como al testimonio de celebrities que han hecho públicos los síntomas.
El suelo pélvico es un sistema de músculos y ligamentos responsable de mantener en correcta posición la vejiga, el útero y el recto. Fortalecerlo previene y mejora trastornos como las incontinencias urinaria y fecal, el descenso de órganos ubicados a la altura de la pelvis y el dolor en esta zona. Además, aunque es cierto que la mayoría de quienes lo padecen son mujeres, también puede darse en hombres.
Una de las principales maneras de prevención es cuidar nuestros hábitos diarios y, entre ellos, está la postura corporal. Los expertos recomiendan que adoptemos la siguiente postura sentados:
Siéntate en la punta del asiento con la espalda erguida
Mantén la pelvis en posición neutral
Apoya los talones en el suelo
Separa las rodillas respecto a las caderas
Ejecicios para fortalecerlo
Los ejercicios de Kegel o ejercicios de contracción del músculo pubocoxígeo son los mejores para fortalecer el suelo pélvico, así como para evitar alteraciones comunes como la incontinencia urinaria. Consisten en entrenar esta área haciendo fuerza y relajando estos músculos en varios momentos del día y en cualquier lugar. Eso sí, debemos ser constantes para que resulten efectivos.
Como ya hemos dicho, este método se basa en la contracción y la relajación de los músculos de la zona y, para ponerlo en práctica, puedes empezar por dejar salir la orina e interrumpir el flujo cuando estás en el baño. Pero también puedes hacer el mismo gesto en cualquier otro lugar sin necesidad de miccionar. Para ello, siéntate correctamente siguiendo los pasos que hemos citado anteriormente. Después, mantén los músculos contraídos durante cinco segundos y luego relajando la zona durante otros cinco segundos. Este ejercicio es mucho más eficaz en mujeres.
Nunca debes sentir que los glúteos se mueven mientras practicas los ejercicios de Kegel.
Por otro lado, los siguientes ejercicios también ayudan a fortalecerlo:
Ponte a cuatro patas sobre una esterilla, apoyando los antebrazos en el suelo para que puedas colocar la frente sobre las manos. Separa un poco las rodillas, relaja el tronco y aprieta el abdomen, levantando la zona pélvica y llevando el ombligo hacia la espalda. Mantén esta contracción durante unos segundos, relaja y repite el movimiento varias veces.
Por último, túmbate boca abajo sobre una esterilla, coloca las manos debajo de la frente y relaja los hombros. Después, separa las rodillas y eleva los pies, junta los talones y separa las puntas de los pies. A continuación, debes inspirar y, al mismo tiempo, separar el ombligo del suelo y presionar talón con talón. Este movimiento provoca una contracción refleja en el suelo pélvico.
Sobre el autor:
Marta Vicente
Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.