En verano es habitual que tengamos que soportar altas temperaturas, realizamos viajes, salidas a la playa y a la piscina, e inevitablemente nuestras rutinas y horarios cambian, y esto no tiene por qué suponer ningún problema siempre y cuando tengamos en cuenta que algunas de estas situaciones mencionadas, como el calor y los posibles cambios de rutina que podamos llevar a cabo, pueden afectar a nuestra salud cardiovascular.
Así lo advertía la Fundación Española del Corazón en sus redes sociales, donde han publicado un decálogo con las diez recomendaciones a tener en cuenta para proteger nuestro corazón durante los meses de verano.
1. Mantenerse hidratado
Durante estos meses en que las temperaturas pueden aumentar bastante, es importante recordar la importancia de beber al menos 1 litro y medio de agua al día, así como otros líquidos que favorezcan una correcta hidratación.
2. Dieta variada
Tomar comidas variadas es también de gran importancia. En concreto, desde FEC recomiendan platos que incluyan alimentos frescos cocinados en casa con poca sal y poca grasa, evitando los fritos y optando mejor por los formatos cocidos, horneados o a la brasa. También podemos aplicar formas frescas de cocina y condimentar sin olvidar incluir verduras y frutas frescas.
3. Hacer ejercicio
El calor a veces puede ser bastante desmotivador a la hora de hacer ejercicio en verano, sin embargo, podemos seguir algunos trucos para que resulte más agradable y no perjudicial. Como por ejemplo, evitar las horas centrales del día, cuando las temperaturas son más elevadas. En este sentido, recomiendan realizar una hora de paseo diaria y a buen ritmo, así mejorará nuestro estado físico y anímico, y nos ayudará a proteger nuestro corazón.
4. No olvidar el tratamiento
La adherencia al tratamiento es crucial, sobre todo en verano cuando el cambio de ciertas rutinas puede hacer que se nos olvide. Por ello, es importante evitar los despistes a la hora de tomar el tratamiento farmacológico. Podemos recurrir al uso de alarmas en el móvil para ayudarnos a ello.
5. Evitar el tabaco, el consumo de alcohol y las bebidas azucaradas
El consumo de alcohol es siempre perjudicial, y además nos deshidrata. Además, las bebidas azucaradas aumentan el riesgo de padecer obesidad y diabetes mellitus tipo 2. Por todo ello, recomiendan consumir sal, azúcares y alcohol solo en cantidades muy controladas.
6. Tomar el sol con protección y evitando las horas centrales del día
Exponernos al sol en verano es algo prácticamente inevitable, pero podemos hacerlo evitando las horas centrales del día (12-17 horas) y buscando la sombra. Será mejor exponernos al sol a primera hora de la mañana o a media tarde, durante 15 o 20 minutos diarios para así sintetizar la vitamina D.
7. Descansar adecuadamente
Mantener las rutinas de sueño resulta de gran importancia en cualquier época del año, pero en verano podemos descuidar algo más este punto. Recuerda que lo recomendable es dormir entre 7 y 8 horas diarias.
8. Elegir el medio de transporte adecuado para los viajes
Si vamos en coche, es aconsejable hacer paradas cada 200 km para estirar las piernas. Si, por el contrario, viajamos en avión, tren o barco, recomiendan dar algunos paseos para evitar sufrir el síndrome de la clase turista, un problema vascular que puede producirse por no moverse durante un largo periodo de tiempo y que puede provocar la posible aparición de coágulos en las extremidades inferiores.
9. Huir del estrés
A pesar de que muchas personas tienen en estas fechas sus ansiadas vacaciones de verano, otros muchos siguen trabajando y manteniendo un ritmo frenético de trabajo, algo que puede llegar a ser perjudicial, no solo en verano.
10. Comparte tu tiempo, aficiones, dudas y problemas
Por último, se recomienda intercambiar experiencias, ya que nuestro entorno, familia y amigos, pueden ser un gran estímulo y apoyo en el cumplimiento de los objetivos de salud. Podrán ayudarnos a controlar el estrés, la ansiedad y a tener un estilo de vida cardiosaludable.