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Ya estamos en plena canícula y la falta de lluvia nos ha dejado los embalses a media capacidad. Conclusión: prohibido despilfarrar agua. Con este panorama, la OCU se ha planteado si es necesario enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas, como hacemos la mayoría, y su respuesta es contundente: No. Para poder limpiar, los detergentes necesitan suciedad. Si los platos ya están (casi) limpios, "las enzimas del jabón rendirán menos", sin contar con que ese prelavado supone un gasto de agua innecesario. Si quiere eliminar los restos sólidos de comida, es mejor usar una esponja húmeda o servilletas de papel usadas.
Pero no es este el único falso mito que la OCU echa por tierra. Existe la creencia generalizada de que es más eficaz lavar los platos a mano que en lavavajillas. Otro error. Desde la OCU nos aclaran que "el lavavajillas garantiza una óptima acción desinfectante gracias a las temperaturas que alcanza, que rondan los 50°-65°, mucho más que en el fregadero". Además en el lavado a mano se gasta bastante más cantidad de agua, "el lavavajillas usa entre 10 y 16 litros". Y si nos limitamos a un lavado rápido, puede que los platos no queden bien limpios. Cuando se lava a mano, lo más importante es frotar bien, mientras que en el lavavajillas "todos los factores que influyen (tiempo, acción mecánica, acción química del detergente, temperatura) están más equilibrados".
Tercer error. En el lavavajillas se puede meter todo el menaje. Suena muy bien pero no es cierto. Hay algunos tipos de vajilla que no se pueden lavar a máquina porque "resultarían dañados por las altas temperaturas". Hay que lavar a mano las vajillas pintadas a mano, las que tengan decoraciones de metal o el vidrio soplado y también los recipientes de plástico que no estén adaptados, las cosas de madera, hojalata o las cazuelas de hierro fundido.
A más detergente platos más limpios. También es falso. "El principio básico de eficiencia de un lavavajillas es ponerlo en marcha cuando esté completamente cargado, con la cantidad justa de detergente", explica la OCU. La dosis adecuada de detergente ayuda a aprovechar al máximo su potencial y si aún así no se está satisfecho de cómo deja sus platos el detergente actual, pruebe a cambiar de marca.
Y por último, es falso que el vinagre sustituye al abrillantador. El vinagre es un ácido, y a la larga, recurrir a este producto podría dañar al lavavajillas y a la propia vajilla. "Su acción no es comparable a la del abrillantador, pues no es capaz de poner en la superficie de la vajilla esa pátina que hace resbalar el agua". Y un último consejo, muchas pastillas de detergente incluyen abrillantador. Si las usa, asegúrese de no utilizar más abrillantador.