Victoria Herrero
Consejos
Estos son los errores que cometemos a la hora de cocinar arroz
Emplear el recipiente inadecuado o no acertar con la medida del agua son algunos de esos fallos
Preparar un plato de arroz parece algo sencillo. Sin embargo, lograr el punto justo de este cereal es algo que requiere algunos trucos y conocimientos que solo dominan los mejores cocineros. De lo contrario, seguiremos cometiendo los mismos errores de siempre a la hora de elaborar este alimento básico e ingrediente esencial de muchas de nuestras recetas.
Por eso hoy descubrimos algunos de ellos, para que no vuelvas a repetir estos fallos en la cocina. Gracias a estos consejos y con un poco de práctica con el delantal conseguirás preparar unos platos de arroz espectaculares.
No todas las variedades son iguales
No todos los tipos de arroz valen, por ejemplo, para hacer una paella o preparar un plato típico de la cocina hindú. Por eso, si no queremos cometer fallos y dar al traste con toda la receta, lo mejor es leer antes las recomendaciones del fabricante, sobre todo en lo referente a la cocción. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que el grano quede demasiado duro o, por el contrario, tan blando que pierda todo su sabor.
Teniendo esto en cuenta, debemos saber que el arroz largo, como el basmati, es ideal para los platos asiáticos y para aderezar ensaladas un tanto diferentes. Por su parte, el de grano corto, como el arborio, es el que se emplea especialmente para dar vida a los risottos o el sushi. Sin embargo, en nuestra cocina solemos usar más la variedad media, el arroz bomba, que es perfecto para que una paella te quede igual que a un maestro arrocero.
Eso sí, no cometas el crimen de lavar antes el cereal, ya que es algo que solo puede hacerse en casos concretos, por ejemplo, con el basmati o con aquel que se usa en la gastronomía japonesa. En cambio, si dudas de la procedencia del arroz, no viene mal darle un ligero enjuague por si tiene algo de suciedad o incluso para eliminar los restos de arsénico que pueda contener.
La cantidad de agua que hay que añadir
Uno de los grandes dilemas en la cocina cuando se trata de preparar un plato de estas características es calcular las proporciones adecuadas de arroz y agua. Y es que este líquido es clave para que nos salga una receta perfecta. ¿El secreto? Ni mucho ni poco. En la mayoría de los casos, la medida ideal es 2 partes de agua por 1 de arroz, teniendo en cuenta también el número de comensales.
Remover demasiado y no taparlo cuando se debe
Nos referimos ahora a dos errores que cometemos sin darnos cuenta. Este cereal suelta almidón cada vez que lo removemos con la cuchara, por eso lo ideal es no hacerlo demasiado. Salvo si queremos preparar un risotto, que tiene esa consistencia y esa textura un tanto pastosa. Pero si nuestra idea es impresionar a la familia con una receta más consistente, hay que intentar no moverla demasiado cuando se haya añadido el caldo o el agua correspondientes. Además, en esta última elaboración conviene no tapar el recipiente donde se está cocinando.
Sin embargo, para un sencillo arroz blanco, podemos poner la tapa sin problema. Eso sí, tampoco es conveniente levantarla cada minuto, así solo se consigue retrasar la cocción e incluso contaminarla.
Una vez tengamos lista la receta, tras unos 20 minutos aproximadamente, es "obligatorio" dejarla reposar entre cinco minutos y media hora con el calor residual que todavía queda. Así se consigue que los granos se suelten, adquieran más humedad y el plato quede más sabroso y jugoso. Y para redondear ese efecto, no hay que olvidarse de añadir el toque justo de sal y condimentarlo con todo tipo de hierbas o aromatizantes.
Poner el fuego demasiado fuerte
Este es otro de los fallos más repetidos, por eso lo mejor es elaborar dicho ingrediente a fuego lento. Ante esta situación, se puede subir la temperatura para que el agua recupere ebullición cuando hayamos añadido el arroz, pero después es bueno bajar la potencia de nuevo para que el agua no se evapore demasiado rápido y nos quedemos sin líquido a medio cocinado. Esto puede provocar que el arroz se queme y se pegue en el fondo de la cazuela.
Al hilo de esto último, también puede ser de gran ayuda emplear el recipiente adecuado para preparar estas recetas. Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de arroz que vayamos a echar, cuántos comensales seamos a la mesa y la variedad de cereal. Así pues, para una paella escogeremos una sartén que no tenga mucha altura o la clásica paellera; mientras que si vamos hacer una receta caldosa, con una olla será más que suficiente.