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Es uno de los electrodomésticos que nos facilitan las tareas diarias del hogar. Basta con meter todos los cubiertos, vajilla, platos y demás enseres que hemos empleado para comer o cocinar, darle al programa elegido y play. En muy poco tiempo –dependerá del programa elegido– tendremos todo limpio y reluciente sin tener que estar con el estropajo frotando la grasa y los restos de comida. Es el lavavajillas. Sin embargo, muchos no saben qué pueden estar cometiendo errores al utilizar este electrodoméstico.
La edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con distintos expertos para conocer la mejor forma de llenar el lavavajillas y que todo salga reluciente e intacto:
Bandeja superior: Los vasos, tazas y pequeños cuencos deberían ir arriba, bocabajo. Si la base de algún recipiente es cóncava, colócalo un poco inclinado para que no se acumule el agua sucia.
Bandeja inferior: Aquí van los platos, los cuencos grandes, las ollas y las sartenes. Coloca los objetos más grandes a los lados para que no bloqueen los chorros de agua.
Cesto de cubiertos: Coloca los cubiertos hacia arriba, salvo los cuchillos, que es mejor colocar hacia abajo para no cortarte cuando vayas a vaciar la cesta.
No cometas estos errores habituales
Igualmente, a la hora de utilizar este electrodoméstico es posible que estemos cometiendo errores que convendría corregir para que la vajilla salga más limpia y para prolongar la vida útil de nuestro lavaplatos:
Sobrecargarlo: Sobrecargar el lavavajillas te obligará a volver a lavar algún plato o cubierto. Según explica Whirlpool, llenar demasiado el lavavajillas y amontonar los utensilios hará que no todos salgan igual de limpios.
Colocar objetos grandes y planos cerca de la puerta: Whirlpool también señala que las sartenes y los platos planos deberían colocarse en rejillas que no estén muy cerca de la puerta, ya que si estuvieran cerca, podrían impedir que el detergente llegara a todas partes.
Colocar recipientes y sartenes grandes hacia abajo: Los objetos grandes deberían colocarse de lado, no bocabajo. “Es especialmente importante si el lavavajillas es viejo y no tiene un brazo aspersor superior, ya que si hay una olla o una sartén bloqueando los chorros de agua, esta no llegará a la bandeja superior”, asegura Aleka Shunk, bloguera de cocina de Bite Sized Kitchen.
Bloquear el brazo aspersor: Solo porque te haya cabido todo dentro del lavavajillas no significa que ya hayas terminado. “Justo antes de activar el lavavajillas deberías comprobar que nada bloquee el brazo aspersor para que pueda girar”, recomienda Shunk. Si choca con un plato u otro utensilio, recolócalo antes de activar el lavavajillas o no limpiará correctamente.
Colocar todo en la misma dirección: El agua sale desde el centro del lavavajillas, de modo que te interesa que los platos más sucios miren hacia el brazo aspersor. Si colocas todos los platos mirando en la misma dirección, impedirás que el agua les llegue bien a algunos. “Deberías colocar los platos mirando hacia el centro para que les llegue el chorro de agua a todos”, explica Blaure.
Dejar muchos restos de comida: Puedes meter platos sin aclarar en el lavavajillas, pero deberías rascar los pegotes de comida antes. “Si hay demasiados restos de comida en el lavavajillas puede aparecer moho y tus platos no saldrán tan limpios”, asegura Melissa Maker, presentadora del canal de YouTube Clean My Space.
Aclarar los platos antes de meterlos: Aunque deberías lavar los pegotes de comida antes de meter los platos al lavavajillas, tampoco hay que pasarse. Si tu lavavajillas tiene menos de 10 años, Blaure sostiene que no hace falta aclarar los platos. Aclarar los platos es una enorme pérdida de tiempo, agua y electricidad. Si dejas de lavar los platos en el fregadero antes de meterlos al lavavajillas, tu factura lo agradecerá.
Utensilios que no deberías meter en el lavavajillas
No todo se puede meter en el lavavajillas por mucho que pensemos lo contrario. A continuación te ayudamos en esta tarea para que no estropees estos objetos de la cocina:
Sartenes, ollas y bandejas de aluminio: Si te fijas, si metes este material en el lavavajillas con un par de lavados comprobarás que se empiezan a deteriorar y oxidar. Así que, lo mejor es que te dejes de experimentos y friegues estos utensilios a la manera tradicional.
Copas de cristal: Si, has leído bien. No se deberían meter las copas en el lavavajillas, sino que lo mejor es lavarlas a mano y secarlas con un paño que las deje sin rastro de agua. Eso sí, nos referimos a las que son de verdadero cristal, no las de vidrio que serán las que tengamos en casa. Así, salvo si te has comprado un lavavajillas de última generación que dispone de un programa especial a baja temperatura para este tipo de material, lo mejor es no arriesgarnos si se trata de una copa de herencia familiar ya que al ser tan delicada puede romperse con ese calor tan elevado del interior del lavavajillas.
Tablas de madera: Al contrario que las copas de cristal, la tabla de madera que usamos para cortar alimentos es mucho más resistente, pero solo fuera del lavavajillas. Así pues, lo mejor es no meterla en el lavavajillas si no quieres que se llegue a deformar y se agriete con el tiempo debido a esas altas temperaturas.
Gomas de ollas rápidas: No ocurre así con los principales elementos de este tipo de ollas como la cazuela principal y la tapa. No pasa nada por colocarlas en este electrodoméstico. Sin embargo, mejor lavar a mano la goma del interior de la tapadera, así como las válvulas y el mango ya que son piezas que pueden llegar a deteriorarse
Recipientes de plástico: El táper de toda la vida, mejor a mano si no quieres encontrarte un día con que uno de ellos se ha derretido o deformado debido a esas altas temperaturas que se concentran en el interior del lavavajillas.
El comedero del perro: Igual que no utilizarías el mismo estropajo para fregar tu plato y el recipiente en el que come tu mascota, pasa lo mismo con el lavavajillas. No es muy recomendable meterlos en este aparato y mezclarlo con el resto de tus utensilios que usas para comer o cocinar.