Este sencillo gesto te ayudará a ahorrar energía cada vez que abras el congelador

El frigorífico están en constante funcionamiento, por lo que no es de extrañar que sea uno de los electrodomésticos que más consumen. En concreto, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el consumo del frigorífico supone un 31% del total, por lo que es habitual que intentemos ahorrar de cualquier forma posible. 

Lo cierto es que es posible evitar consumir de más de varias formas, no solo fijándonos en la etiqueta energética del electrodoméstico antes de comprarlo y en su posterior instalación, también en función del uso que le damos. 

Buen uso de la nevera

Hacer un buen uso de la nevera es crucial si lo que queremos es ahorrar todo lo posible. En este sentido, algunos aspectos con los que debemos tener cuidado son:

• No poner el selector de temperatura en un valor demasiado bajo (-18º será suficiente para la mayoría de los alimentos).
• Limpiar el polvo que se puede acumular tras el frigorífico para dejar que el aparato "respire" correctamente y el intercambio de calor con el ambiente. 
• Abrir la puerta solo cuando sea necesario, ya que cada vez que la abrimos sube la temperatura interior y se necesitará más energía para recuperar el nivel óptimo de nuevo.  
• Del mismo modo, evita meter comida caliente.
• Tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador aumentará el consumo un 30%, por lo que es importante descongelar cada poco tiempo. 
• Asegurarnos de que la puerta cierra correctamente, de no hacerlo se perderá frío y consumirá más energía para mantener la temperatura. Además, podría provocar a su vez que el hielo aparezca más rápidamente. 
• Acordarnos de desenchufarlo si no lo vamos a necesitar en una temporada larga. 

Otra forma de ahorro que no podemos olvidar tiene que ver con la cantidad de espacio que ocupamos en el congelador. De hecho, la empresa británica Wren Kitchens aseguraba al diario Mirror que otra forma muy sencilla de conseguir que ese sea más eficiente es llenándolo, incluso si no tenemos los suficientes alimentos. En este caso, podríamos utilizar periódicos para llenar los espacios.

Tal y como explican, cuando abrimos un congelador vacío, este se llena de aire caliente. Por tanto, cuanto menos espacio vacío haya, menos se llenará de aire caliente y el congelador no usará tanta energía para enfriar después ese aire cada vez que se abra y se cierre la puerta. Aprovechar al máximo el volumen, colocando correctamente los alimentos, nos ayudará a no gastar más energía de la necesaria, siempre sin comprimir los alimentos, o podríamos bloquear las salidas de aire y provocar daños.