Victoria Herrero
Consejos
Pequeños gestos cotidianos con los que ahorrarás al final de mes
Victoria Herrero
Foto: Bigstock
Martes 10 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Martes 10 de diciembre de 2019 a las 7:00 H
3 minutos
Darle un nuevo uso a la ropa, no consumir tanta energía o no descuidar los ingresos y gastos
Nunca sabe lo que nos deparará el futuro, ni si necesitaremos echar mano de los ahorros para costear problemas importantes, por ejemplo de salud. Tanto por eso como por llegar más holgados a fin de mes es importante ser responsables de nuestras finanzas. Así pues, con unos sencillos gestos cotidianos no te resultará complicado ahorrar algo de dinero cada mes para cualquier imprevisto.
Reutilizar la ropa
No nos referimos a llevar la misma chaqueta ajada que tiene ya 20 años y está descosida por mil sitios. Seamos prácticos. La ropa se puede reutilizar y si le tenemos un cierto aprecio o valor económico se puede arreglar. Además, puedes sacar partido a prendas que ya no te pones. Por ejemplo, de un vestido puedes sacar una maravillosa y práctica falda.
Ser precavido con las finanzas
Seguramente alguna vez hemos oído eso de que con los ingresos del mes debemos hacer tres separaciones: una parte para lo esencial (comida, ropa, vivienda, educación...), otra para ahorrar de cara al futuro y una tercera, la más pequeña, para sufragar nuestro ocio y caprichos varios (viajes, salir a comer o cenar...). Por eso es importante tener anotado cada mes el presupuesto con el que contamos para, de esta manera, controlar los ingresos y los gastos.
Ahorrar energía
Ya no es cuestión solo de reducir nuestra factura energética, que tampoco viene mal, sino de contribuir a no dañar tanto el medio ambiente. Por eso no está de más hacer caso de algunos trucos como apagar las luces de las habitaciones donde no haya nadie, cuidado con el agua del grifo cuando nos enjabonamos o contar con electrodomésticos de bajo consumo.
La cocina es una de las estancias donde más energía se consume, por eso es importante no olvidarnos de consejos como:
- Cada vez que cocinemos es mejor poner una tapa a esa sartén o cacerola mientras los alimentos se hacen. En caso contrario, una gran parte de la energía se escapará en forma de calor y tardaremos más tiempo en que esté listo. Una preparación que, además, será más rápida si lo que hacemos antes es cortar esos alimentos en trozos pequeños.
- Cuando hagamos platos del tipo guisos (lentejas, cocidos...) o purés de verduras, lo más sensato es cocinar en grandes cantidades para aprovechar ese momento que la cocina está encendida y cocinar para varios días. Basta con congelar y sacar cuando lo necesitemos.
- Cuando la comida esté casi lista, apaga el fuego y aprovecha ese calor residual para que esa receta se termine de hacer con el propio calor que todavía queda en la cacerola.
Aquí no se tira nada
Cada año, millones de toneladas de comida acaban en la basura. Una cifra cuanto menos dramática que está en nuestra mano reducir si nos acostumbramos a aprovechar las sobras de una comida para elaborar una nueva receta, o yendo al mercado cada día. Así, compraremos productos frescos, más baratos, que vayamos a consumir en esos días. No hará falta comprar grandes cantidades de comida con lo que evitaremos que esos alimentos caduquen y tengamos que tirarlos.