Verónica Mollejo
Consejos
Las mejores maneras de limpiar tus oídos sin perjudicar su salud
Verónica Mollejo
Foto: Bigstockphoto
Miércoles 24 de julio de 2019
ACTUALIZADO : Domingo 29 de marzo de 2020 a las 21:26 H
3 minutos
A pesar de lo que muchos creen, no es necesario asear los oídos todos los días, solo esporádicamente
Cuando queremos limpiar nuestros oídos, lo más normal es acudir al clásico bastoncillo de algodón, un pequeño artilugio que hasta hace unos años era inofensivo, pero que ahora está relacionado con el riesgo de traumatismos y raspaduras en el interior del oído, además de infecciones en el conducto auditivo o enfermedades como la otitis o la rotura del tímpano. Y es que, lejos de eliminar el cerumen, lo que hacemos realmente es empujarlo hacia dentro todavía más, sobre todo si careces de la técnica necesaria.
Además, según indican los expertos, el cerumen es una sustancia de lo más útil para la salud de tus oídos, pues garantiza que estos permanezcan a salvo de cualquier infección gracias a sus propiedades lubricantes y antibacterianas. Por ello, la higiene de tus orejas debe ser esporádica, no diaria, y debe realizarse a través de métodos y técnicas que no perjudiquen su seguridad. Eso sí, consulta antes con tu médico para asegurar su correcta aplicación. ¿Cuáles son las mejores opciones?
Solución salina
Para muchos, la mejor alternativa para mantener tus oídos limpios y sanos. En la farmacia venden soluciones salinas ya listas para utilizar, pero también puedes hacerla de manera natural en tu propia casa. ¿Cómo? Mezclando media taza de agua tibia con una cucharada de sal fina. Después, con ayuda de un algodón, aplica unas gotas en los oídos y mantén la cabeza inclinada con el oído en tratamiento hacia arriba. Espera unos minutos y listo.
Aceite de oliva
Aunque cueste creerlo, el aceite de oliva también puede cuidar la salud de tus oídos, sobre todo cuando el médico haya localizado un tapón de cera. Colocando unas gotas de aceite en el oído afectado conseguirás ablandar el cerumen, cuyos restos puedes eliminar con ayuda de un algodón. Si hay mucha suciedad, también puedes dejar que el aceite actúe durante toda la noche, pero no olvides limpiar los restos a la mañana siguiente.
Vinagre
Al igual que las soluciones salinas, debes diluir el vinagre en agua a partes iguales y, con la cabeza inclinada, aplicarlo en los oídos y dejar que actúe durante unos minutos. Finalmente, gira la cabeza hacia el lado contrario para drenar el líquido y limpiar con un algodón los restos de vinagre que hayan podido quedar en el oído.
Aprovecha tu próxima ducha
Sin embargo, el método más efectivo es también el más natural y sencillo: aprovechar el agua de la ducha cuando cuidas la higiene del resto del cuerpo o incluso cuando te lavas la cara por las mañanas. Solo tienes que utilizar uno de tus dedos mojados para limpiar la entrada del conducto auditivo y, después, secar la oreja suavemente con una toalla o una gasa, pero siempre sin apretar demasiado la zona del conducto auditivo.
Y recuerda: la limpieza en exceso tampoco es recomendable, ya que el cerumen cumple su función en el organismo como defensa natural del oído. Con hacerlo una vez a la semana es suficiente.