No puedes dormir y tienes el móvil en la mesilla. Está ahí, tan cerca, que te resulta inevitable no cogerlo para echar alguna partidita, ver vídeos, hablar con alguien, consultar tus redes sociales o leer las noticias de última hora. Si se trata de algo esporádico y en cuestión de unos minutos no tiene que significar que sea un síntoma de alarma. El problema viene cuando se hace tal abuso de estas tecnologías que se resiente la cantidad y calidad del sueño. lo que recibe el nombre de 'vamping'. El uso del teléfono móvil y de otros dispositivos electrónicos no solo hace que el sueño desaparezca aún más, sino que puede dañar la vista.
Aunque se puede pensar que esto es un problema de los adolescentes, realmente no entiende de edades. El teléfono ha sido uno de nuestros mejores amigos durante el confinamiento: nos ha permitido seguir conectados con el mundo exterior y con nuestros seres queridos mientras estábamos confinados. Pero, como dijo Aristóteles, en el término medio está la virtud. Debemos ser conscientes de que las tecnologías son adictivas. En concreto, el móvil es el dispositivo por excelencia capaz de atraparnos sin darnos cuenta y esto, a la larga, puede ser prerjudicial para nuestra salud.
Por ejemplo, en el Observatorio Global del Sueño se centran en la relación entre el uso de los smartphones justo antes de dormir y la privación del sueño apuntando estudios de la National Sleep Foundation y la Universidad de California, ambas en Estados unidos y llegaron a la conclusión de que “pasarse mucho tiempo delante de la pantalla de un móvil está directamente relacionado con un sueño más corto y de menor calidad, menos eficaz y reparador y, en resumen, genera muchos problemas para conciliar el sueño”.
¿Y qué ocurre con la vista? La Sociedad Española de Oftalmología lo explica claramente. Nuestros ojos, en estado de reposo están “preparados” para ver de lejos o a distancias medias. Enfocar cualquier objeto (también un libro que estemos leyendo) que se encuentre a una distancia corta supone un esfuerzo extra que se puede mantener, sin problema alguno, pero siempre por un periodo limitado de tiempo.
Irritación ocular, visión borrosa, fatiga ocular, sequedad o incluso dolor de cabeza son algunos de los síntomas que pueden darse si hemos excedido el tiempo recomendable frente a la pantalla, tal como describe el Colegio Nacional de Ópticos- Optometristas de España (CNOO). Y, si lo consultamos a oscuras, algunas de estas molestias se agravan.
Como es lógico, lo más recomendable es que, antes de irnos a la cama, apaguemos cualquier pantalla. En el caso de que caigas en la tentación, toma nota de estas medidas preventivas:
