Victoria Herrero
Consejos
Si quieres comprar una segunda residencia, ten en cuenta los pros y contras de esta decisión
Muchos sueñan con retirarse tranquilamente a un hogar en mitad del campo o frente al mar
Es el sueño de muchos. Poder jubilarse tranquilamente en una casita del pueblo donde hemos nacido o bien hacerlo con la brisa del mar en una localidad costera. Es entonces cuando uno echa cuentas y baraja la posibilidad de comprar una segunda residencia para pasar los fines de semana o largas temporadas al año una vez deja de trabajar. Algo que ya han hecho 6 millones de familias españolas que disfrutan de otra casa, en la mayoría de los casos en zonas al lado del mar.
Si eres de los que ya has echado el ojo a un apartamento en la playa a buen precio, piensa primero en las ventajas y desventajas que tiene adquirir una nueva vivienda o si, por el contrario, tu mejor opción es alquilarla.
¿Compro o alquilo?
Lo primero que uno debe hacer antes de ejecutar un importante desembolso, como es comprar una casa, es tener en cuenta si los ingresos que tenemos al mes son suficientes para cubrir el pago de ese nuevo hogar. Y es que si nuestra idea es adquirir una segunda vivienda, debemos tener en cuenta que nos enfrentaríamos a una nueva hipoteca (en el caso de que no tengamos todo el dinero), si la de nuestra vivienda habitual todavía sigue vigente. Por eso, es importante valorar si podremos hacer frente a estos dos cuantiosos pagos cada mes.
Una inversión y una decisión que deben responder a las necesidades que tenemos. Así, si solo queremos la vivienda para pasar un mes al año durante el verano, lo mejor será decantarnos por alquilar un apartamento con el que tendremos menos gastos y saldrá más rentable.
Otra cosa es si nuestra idea es tener esta segunda casa para ir todos los fines de semana y días libres, además de pasar largas temporadas al año. Entonces, igual sí que merece la pena dar el paso de comprar una residencia que, incluso cuando no usemos, podamos alquilar para sacar algo de rendimiento económico.
Más gastos aparte de la adquisición de la vivienda
Pero el desembolso no solo se hace cuando uno firma el contrato de compraventa, sino que esa nueva vivienda conlleva una serie de gastos mensuales o anuales que hay que pagar, tales como los recibos de comunidad, el seguro del hogar, las facturas correspondientes de luz, agua, gas u otros impuestos municipales. Por no hablar del gasto que supone amueblarla, en el caso de que compremos la casa con las estancias totalmente vacías, o si ese nuevo apartamento tiene piscina o jardín, ya que también necesitan un mantenimiento.
Por último, debes pensar muy bien dónde quieres comprar esa nueva residencia. No es lo mismo hacerlo en la localidad donde llevas veraneando décadas, que lanzarte a una nueva promoción en otra zona. Así pues, si la adquieres demasiado lejos de tu hogar habitual, puede que luego te venza la pereza ir cada fin de semana. Además, debes informarte sobre los servicios de los que dispone tu nuevo barrio: centro de salud, transporte urbano, zonas de ocio, supermercados...