El protector solar no es solo para el verano: consejos para el cuidado de la piel en invierno

Acabados los días calurosos y las largas horas al sol, guardamos la ropa veraniega y la cambiamos por otra más abrigada. Dejamos a un lado los planes de playa y piscina por otros diferentes que nos mantengan protegidos del frío. Sin embargo, no todo queda atrás con el cambio de estación, y es que, en realidad, es recomendable mantener ciertos hábitos.

A la hora de utilizar un protector solar  debemos tener en cuenta varios aspectos. La caducidad es uno de ellos, de hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) exige que todos conserven su potencia original durante al menos tres años, tras lo cual pueden dejar de ser efectivos y deberemos desecharlos por otros nuevos. El tipo de protector también es importante para que estos resulten lo más efectivos posible, teniendo en cuentra nuestras preferencias y necesidades. 

Pero estos no son los únicos aspectos a tener en cuenta. La importancia de seguir utilizando protector solar, incluso después del verano, es algo que debemos recordar, ya que, a diferencia de lo que suele parecer, el sol puede resultar perjudicial para nuestra piel incluso en invierno. 

La mayor cantidad de capas de ropa que utilizamos en esta época ayuda a proteger nuestra piel, pero no elimina el riesgo que los rayos ultravioleta (UV) pueden provocar igualmente en las zonas expuestas. Después de todo, la temperatura y los niveles de rayos ultravioleta no tienen una relación determinante, advierten desde diferentes medios y tiendas especializadas. 

Los daños provocados por el sol pueden provocar que nuestra piel envejezca prematuramente. Para evitarlos, la mejor opción es utilizar protección solar, también en invierno, tal y como aconsejan desde la Asociación Española Contra el Cáncer (@ContraCancerEs) en su página web. 

En concreto, aquellas personas que disfruten de largos paseos al aire libre o de deportes de nieve, como el esquí, son los que más cuidado deben tener y acordarse de protegerse contra los daños que el sol puede provocar sobre la piel. Las zonas más expuestas durante esta época del año suelen ser la cara, las manos y el cuello. 

Recuerdan a su vez que el aire seco y claro de las montañas, así como la nieve y el hielo, pueden incluso aumentar los niveles de rayos ultravioleta. 

Consejos para protegernos del sol

Las recomendaciones más habituales se suelen centrar en el uso de protección solar siempre que vayamos a permanecer durante periodos largos al sol, limitando la exposición directa en las horas centrales del día, sin importar la época del año. También durante los días nublados. Lo aconsejable es utilizar protector solar con un SPF de 30 o más, y siempre sobre piel seca, o solo aumentaremos el riesgo de quemaduras (las gotas funcionan como lupa). 

Esta no es la única forma de protegernos del sol, en invierno también podemos emplear gorros o tapaorejas para proteger ciertas áreas del rostro y la cabeza. Mantenerse hidratado será igual de importante, ya que "una piel hidratada protege frente a los rayos solares", destacan desde la Asociación Española Contra el Cáncer.

Desde la web de QuironSalud (@quironsalud) aconsejan a su vez hidratar los labios y protegerlos también de la luz ultraviolletas, puestos que "sufren mucho en invierno". Recuerdan también que las zonas de nieve suelen reflejar el 80% de la radiación solar, por lo que es igualmente recomendable usar protección para los ojos, como gafas de sol.

Es por todo ello que debemos recordar utilizar protector solar siempre que vayamos a pasar mucho tiempo expuestos al sol, este sencillo hábito además retrasará el envejecimiento de la piel, protegerá contra el cáncer de piel y de la aparición de arrugas y manchas. Esto no significa que el sol no tenga beneficios, pero siempre en su justa medida y con protección. De hecho, ayudará a mejorar la calidad del sueño, el estado de ánimo y favorecerá la producción de vitamina D.