Teresa Rey
Consejos
Todo lo que debes saber sobre la fecha de caducidad de los alimentos
Ante todo nos indica hasta cuándo podemos comer ese alimento bajo condiciones de seguridad
La fecha de caducidad de los alimentos ofrece una información relevante para los usuarios que no debe ignorarse, entre otros motivos, por cuestiones de salud. De hecho, básicamente lo que nos indica es hasta cuándo podemos comer ese alimento bajo condiciones de seguridad, ya que pasada esa fecha el producto podría causar daños para nuestra salud. Por lo tanto, la recomendación es que pasado este periodo no se consuma, entre otras cosas, porque se pueden proliferar bacterias patógenas que pueden ser nocivas para el organismo, explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
La vida útil
En la actualidad, todos los artículos perecederos han de incluir esta indicación. Se trata de alimentos que tienen una vida limitada y es por ello que en su etiquetado se debe especificar esta condición. Del mismo modo, en esta tiene que aparecer en qué condiciones se debe conservar, si en el frigorífico y a qué temperatura dentro del mismo. Lo que nos está matizando el fabricante con esta información es de qué manera el alimento va a estar en buenas condiciones hasta la fecha que nos indica, pero pasada la misma no se responsabiliza de lo que pueda suceder.
Quienes determinan, por tanto, la fecha de caducidad son los propios fabricantes, en donde es necesario que aparezca el día, el mes y el año (si es diferente al presente). Además, este dato se ha de especificar en cada porción de forma independiente.
Para determinar estas fechas se tiene en cuenta la vida útil del alimento. Este hace referencia al periodo de tiempo que transcurre entre la producción o envasado del producto alimenticio y el punto en el cual este pierde sus cualidades físico-químicas y organolépticas. Antes de que llegue al consumidor, se deben hacer pruebas para determinar todos y cada uno de estos aspectos.
Lo que establece que la fecha de un alimento sea más o menos larga son sus propias características y su modo de conservación. Para ello se tienen que desarrollar controles sanitarios y aplicar criterios de calidad en condiciones de conservación normales, es decir, en cuanto a refrigeración, temperatura, luz y humedad, y que han de aparecer especificadas en el envase.
En todos estos casos los fabricantes están obligados a realizar estudios que deben desarrollar equipos de científicos especializados. Tienen que analizar así los cambios que experimentan los alimentos pasados los días bajo la forma que se ha estipulado que deben conservarse, así como sus condiciones de seguridad y calidad. Para ello se evalúan aspectos microbiológicos que son los que ayudarán a establecer las fechas adecuadas para que se puedan consumir de forma segura.
Los alimentos que han de especificar la fecha de caducidad son los envasados de alimentos frescos, es decir, carnes y pescados, y en general otros productos frescos similares. Si vemos que no vamos a poder consumirlos en el tiempo indicado, tenemos como alternativa congelarlos. Ahora bien, si hacemos esto lo aconsejable es consumirlos dentro de las 24 horas después de haberlos descongelados. De esta manera, garantizamos que no se generen bacterias y al mismo tiempo se deben seguir las pautas en este sentido, es decir, el proceso de descongelación se ha de efectuar en el frigorífico.
¿Se pueden consumir productos caducados?
Respecto a consumir o no productos caducados, lo aconsejable es no hacerlo, por todo los dicho anteriormente, según los expertos. En el caso de carnes, pescados o queso fresco, no cumplir con esta recomendación puede suponer que presenten algún tipo de microorganismo que dé lugar a una intoxicación alimentaria u otras patologías. Por lo que, si vemos que no llegamos y no vamos a poderlos comer en la fecha recomendada, la mejor alternativa es congelarlos. De igual modo, si no se han conseguido los consejos relativos a su conservación es posible que aun antes de la fecha de caducidad no sean aptos para ser ingeridos. Tendremos que estar muy pendientes de su apariencia, color y olor, y si notamos algo que no se corresponde con la normalidad, lo mejor es descartarlos.
Otra cosa diferente es lo que sucede con los alimentos que poseen fecha de consumo preferente. En estos casos, algunos de ellos pueden consumirse sin que supongan un riesgo para la salud siempre y cuando no se hayan abierto ni veamos que presentan alguna alteración en su apariencia. Este es el caso de yogures, patatas fritas, bollería, pastas, arroces, legumbres, embutidos y quesos curados, refrescos, bebidas alcohólica, galletas, mantequilla, mermelada, sopas, salsa, y salsa de tomate, principalmente.
Algunos productos no están obligados a llevar fecha de caducidad como las frutas y las verduras frescas, el pan, la bollería recién hecha, la sal, el azúcar, el vinagre, las bebidas alcohólicas con una graduación superior al 10% del volumen… Esto no significa que no se estropeen por lo que al igual que en los casos anteriores hay que fijarse en su evolución y si observamos que presentan alguna anomalía tendremos que descartarlos.